En Guayaquil, el Centro de Investigación Respiratorio (CIR) desarrolla la campaña “Bate al vape”, para alertar a los jóvenes de entre 13 y 17 años sobre las lesiones pulmonares y las enfermedades asociadas al uso de cigarrillos electrónicos (Evali, por sus siglas en inglés).
El esfuerzo coincide con un informe reciente de la Organización Mundial de la Salud sobre la epidemia global de tabaquismo. Dos mil millones de personas en todo el mundo están expuestas a los cigarrillos electrónicos y otros dispositivos similares. Muchos de ellos, ideados originalmente como sustitutos de los pitillos tradicionales contienen nicotina, que es el componente más adictivo del tabaco, y pueden impactar en el desarrollo cerebral de los consumidores menores de 20 años. Además, afirma la organización, empezar temprano con esta práctica predispone a ser fumador tradicional en el futuro.
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El Reporte OMS en la epidemia global de tabaco 2023 explica que la exposición no es solo para el consumidor. El tabaco de segunda mano mata a 1,3 millones de no fumadores al año. “Cualquier nivel de exposición a humo de segunda mano es detrimental para la salud de niños y adultos”, establece la OMS.
El también llamado fumador pasivo recibe una mezcla de compuestos liberados por el tabaco que otros fuman activamente. De esos 7.000 compuestos, al menos 69 pueden causar cáncer. El residuo está tanto en el humo del extremo del cigarrillo como de aquel que libera el fumador por la nariz y la boca.
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El humo que se genera en una habitación se extiende a las otras, a pesar de que se cierren puertas o se abran ventanas o se usen filtros de aire. El residuo se queda en alfombras, cortinas, ropa y alimentos, y permanece meses después de que se haya fumado. Esto es humo de tercera mano, humo residual o humo envejecido.
No fumar en espacios compartidos no es solo un acto de cortesía, resume el informe, sino una manera de proteger a otros.
- El asma severo, las infecciones del tracto respiratorio, infecciones de oído y el síndrome de muerte súbita infantil son más comunes en niños expuestos al residuo.
- La Carga Mundial de Enfermedades 2019 estima que en el mundo 51.000 niños y adolescentes menores de 20 años mueren cada año de exposición al humo residual de tabaco. La mayoría de ellos (47.000) tienen menos de 5 años.
Estas estimaciones no cuentan el impacto en la salud de los niños cuyas madres estuvieron expuestas al residuo de tabaco durante el embarazo.
- Los adolescentes expuestos al humo envejecido tienen más riesgo de experimentar infecciones del tracto respiratorio, y de necesitar atención hospitalaria de emergencia, de tener dificultad para ejercitarse, cortedad de aliento y tos seca, así como síntomas de depresión.
- El daño que ocurre durante la niñez continúa hasta la edad adulta, pues quienes fueron expuestos al residuo del tabaco durante la infancia tienen más probabilidades de morir de enfermedad coronaria.
La exposición al humo de segunda mano puede haberse incrementado durante la pandemia por COVID-19, debido a las políticas de quedarse en casa. Los comportamientos de los fumadores variaron de país a país. Mientras unos encontraron la motivación para dejar el hábito, otros consumieron más de lo usual y expusieron a sus familias.
“Bate al vape” ya tuvo una primera etapa en 2022, y alcanzó a 1.100 alumnos. Desde el 19 de julio de 2023 empezó nuevamente. Está previsto que continúe hasta finales de año, y al momento hay fechas confirmadas hasta el mes de septiembre, en 7 colegios, entre ellos, Albonor, Copol, Javier, Cristóbal Colón, Kruger, CENU, Bernardino Echeverría, Nuevo Mundo y Domingo Comín.
El CIR, dirigido por el neumólogo Efraín Sánchez Angarita, está capacitando a la comunidad estudiantil, estudiantes, padres y maestros, con charlas guiadas por especialistas y material informativo. (I)