El hígado es un órgano vital en el cuerpo humano y desempeña una serie de funciones esenciales que son cruciales para mantener la salud y el funcionamiento adecuado del organismo.

Por ejemplo, tiene un papel fundamental en el metabolismo de los carbohidratos, las grasas y las proteínas. Regula los niveles de glucosa en sangre almacenando glucógeno, produciendo glucosa a través de la gluconeogénesis y descomponiendo glucosa en energía. Además, sintetiza proteínas esenciales, como la albúmina y diversas proteínas de la coagulación,

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Pero así también, es responsable de desintoxicar el cuerpo, almacenar vitaminas (como la vitamina B12 y la vitamina D), minerales y glucógeno, producir bilis para la digestión de las grasas y la absorción de nutrientes en el intestino delgado. Además, regula el colesterol, metaboliza y regula varias hormonas, filtra la sangre para eliminar bacterias, productos de desecho y sustancias no deseadas, entre otras funciones.

Cuando el hígado no funciona adecuadamente, puede dar lugar a una serie de problemas de salud, como enfermedades hepáticas, trastornos metabólicos y problemas digestivos. Por lo tanto, cuidar y mantener la salud del hígado es fundamental para el bienestar general del individuo. Esto se logra a través de una dieta equilibrada, el control del consumo de alcohol, la prevención de infecciones y el tratamiento de enfermedades hepáticas en etapas tempranas.

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Algunos alimentos o sustancias de consumo común son muy perjudiciales para el hígado. Aquí algunos de ellos:

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Alimentos grasos

Las papas fritas, alitas de pollo o las hamburguesas son una mala elección para mantener sano el hígado. Ingerir demasiados alimentos con alto contenido de grasas saturadas puede dificultar que el hígado haga su trabajo, indica el portal Webmd. Comer demasiadas grasas saturadas puede provocar un aumento del contenido de grasa en el hígado, según una revisión de 2021 en Frontiers in Nutrition, que con el tiempo podría convertirse en cirrosis.

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Carnes procesadas

Al igual que los alimentos fritos, las carnes procesadas como el salami, el tocino y las salchichas también tienden a tener un alto contenido de grasas saturadas. Un estudio preliminar de 2022 publicado en Clinical Nutrition Research sugiere que las carnes rojas y procesadas pueden aumentar las probabilidades de padecer enfermedad de hígado graso no alcohólico.

En todo caso, si decide ingerir carnes procesadas, deberá hacerlo en pequeñas cantidades. Lo mejor es elegir carnes magras y muy magras siempre que sea posible.

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Azúcar

La ingesta de muchos dulces puede afectar a este órgano, debido a que parte de su trabajo es convertir el azúcar en grasa. Si se excede, el hígado produce demasiada grasa, que termina quedando donde no debe. A largo plazo podría sufrir una afección como la enfermedad del hígado graso.

Un estudio de 2021 en el Journal of Hepatology sugiere que el consumo regular de bebidas endulzadas con fructosa aumenta la producción de grasa en el hígado en hombres sanos y delgados.

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Ingesta alcohol

El alcohol puede ser considerado uno de los principales enemigos del hígado. Beber alcohol con frecuencia podría inflamar este órgano y, si esto no se atiende a tiempo, puede derivar en una cicatrización y finalmente aparecer una cirrosis, se indica en ClikiSalud.

Incluso el consumo excesivo de alcohol ocasional -cuatro tragos de una sola vez para las mujeres y cinco para los hombres- también puede ser perjudicial.

Aunque una de las funciones del hígado sea precisamente eliminar las toxinas del alcohol, cada vez que se da el proceso de filtración, algunas de las células del hígado mueren, lo que dificulta a la larga su capacidad para restablecerse. (I)