El bótox es el nombre con el que se conoce a la toxina botulínica, la sustancia que esconde las arrugas y los signos de envejecimiento en la piel. Es uno de los tratamientos faciales más populares y eficientes de la medicina estética.

Funciona por medio de la relajación de los músculos y evita que se formen nuevas arrugas temporalmente, en especial en el tercio superior del rostro.

Aunque las personas desarrollan marcas de envejecimiento en el rostro en distintas etapas de su vida, hay una edad en la que los expertos recomiendan empezar a aplicar el bótox.

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Jose Arias (@saludypiel_gye), médico especialista en Dermatología, explica que la edad mínima para realizar el tratamiento debería ser a los 30 años, que empiezan a notarse los signos de envejecimiento, como las marcas de expresión. Antes de esa edad, lo ideal es someterse a otros procedimientos faciales.

“Existen otras alternativas como el ácido hialurónico que sirve para hacer hidratación profunda en la piel. También la mesoterapia, que consiste en aplicar cócteles preparados con vitaminas, antioxidantes, reafirmantes y tensores que uno va preparando de acuerdo a la edad”, añade Arias.

Antes de los 30 años es mejor empezar con otros tratamientos faciales menos invasivos que el bótox. Foto: Pexels

Las personas que han decidido hacerse el tratamiento cosmético deben tener en cuenta que el cuidado debe ser exhaustivo. En las horas posteriores a la aplicación, el paciente no puede mover la cabeza hacia abajo, realizar esfuerzos físicos o maquillarse. Se debe usar también bloqueador solar para protegerse de las altas temperaturas y los rayos solares.

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Es necesario además tener en cuenta que el bótox no es una sustancia permanente, sino que debe colocarse un par de veces al año si se quiere continuar. “El mecanismo de acción inicia a partir del tercer día de la aplicación. El efecto máximo se da a los 15 días, luego se mantiene en meseta hasta los 3 meses y va declinando de los 3 meses hasta los 6 meses” asegura el médico.

(I)

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