¡Estamos a tiempo! Tal vez al pensar en la Navidad pasada aún lamenta todas las cosas que quiso hacer con su familia y no pudo, por falta de tiempo. Pero ahora tiene varias semanas para pensar cómo quiere crear una temporada navideña inolvidable para sus hijos.

Generar experiencias positivas para los niños tiene un efecto protector que los ayudará a enfrentar mejor las situaciones adversas. En esa temporada, algunas familias que no han hecho énfasis en adoptar las tradiciones generales pueden crear las suyas, según sus principios, creencias y gustos.

Aun si ustedes no ponen un árbol o no hacen una cena la víspera de Navidad, no significa que no puedan decorar la casa con motivos alegres o significativos, más que ostentosos. Lo importante es que los niños recuerden el tiempo que pasaron juntos, más que los regalos que reciben cada año.

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Los juguetes y las marcas se olvidarán rápidamente, tal vez uno o dos regalos especiales quedarán en la memoria, pero lo que sucede en torno a la reunión familiar, o la falta de ella, determinará las emociones que sus hijos tendrán sobre la temporada festiva hasta que sean adultos: “Mamá cocinaba comida deliciosa”, o “Visitábamos a los abuelos” o “Papá no estaba”.

Ofrézcales la oportunidad de pasar tiempo juntos, no solo en el mismo lugar, sino haciendo algo en familia. Algunas de estas sugerencias funcionarán para quienes sí celebran la Navidad. Otras serán fáciles de adoptar para los que quieren crear momentos memorables.

  1. Regale a su hijo un adorno para el árbol cada año. Si usted es mamá, papá, tío o abuela, haga de este un momento especial. Elija un adorno que resuma un recuerdo especial del año. ¿El niño ganó un trofeo, aprendió a andar en bici, hizo un viaje especial? Conviértalo en un recuerdo y entrégueselo para que lo cuelgue en el árbol. Trate de elegir adornos duraderos, más que llamativos. Las esferas de vidrio, por ejemplo, son muy elegantes, pero se destruyen fácilmente en las manos de un niño o cuando hay animales en casa.
  2. Vean juntos una película navideña cada año. Puede ser la misma. Pueden ser varias sesiones de Mi pobre angelito, El Grinch o Matilda, o una selección de filmes relacionados, o lo que prefieran, pero que sea algo reservado para hacerlo con la familia una vez al año.
  3. Elijan una familia a la cual ayudar. No tan solo se puede donar a una organización (aunque es una gran idea), sino que pueden pensar en personas a las que conozcan y que sepan que están pasando por un momento difícil, enfermedad, desempleo o un duelo. Decidan entre todos cómo pueden demostrarles afecto de forma práctica. Si van a dar comida o regalos, lleve a sus hijos con usted para elegir lo que darán, aunque no pueda llevarlos a entregarlo. Si sus hijos son mayores y usted desea que sean parte de algo más grande, únase a un grupo que sirve comidas en hogares, o reuniendo víveres para uno de los bancos de alimentos de la ciudad y otras iniciativas caritativas.
  4. Retomen una vieja costumbre: dar tarjetas navideñas de papel a sus seres queridos. Una buena opción es hacerlas en casa; con dibujos de sus hijos o con una fotografía familiar firmadas con su puño y letra. O también comprar tarjetas que beneficien a alguna institución en favor de los niños o de los ancianos, por poner un ejemplo. ¿No quieren salir en las fotos? Vistan a su perro o gato y háganle una sesión de modelaje. Pero nunca dejen a un animal solo con un traje o disfraz. Quítenselo apenas la foto esté hecha.
  5. Hagan juntos un postre especial. Sean galletas, pasteles o gelatina, traten de darle un giro a la receta y póngale un nombre. Pueden armar pequeños paquetes para compartirlos, y que vayan junto con la tarjeta familiar.
  6. Una cena especial no significa que tengan que vestirse de gala y comprar un pavo (aunque bien pueden hacerlo si quieren). Significa estar juntos de manera consciente, escucharse, animarse a hablar y a compartir, expresar gratitud por todo lo que tienen y también el afecto que sienten unos por otros.

Y para quienes ya tenían la fiesta planeada, la Academia Americana de Pediatría tiene otra sugerencia: no excederse en los festejos. Esto significa mantener las horas de comida y de sueño para los niños. Aunque haya compras, visitas o viajes, trate de mantener la regularidad para evitar luego problemas de niños que han comido muchos dulces o están enojados porque tienen hambre o sueño.

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Tampoco se sienta presionado a llenar a sus hijos de regalos. Es comprensible querer cumplir en diciembre todos los deseos que le han expresado a lo largo del año, pero si tiene que limitarse a uno, será suficiente. Tampoco tiene que fijarse en el pedido más costoso o en dispositivos electrónicos. Busque algo divertido, adecuado para la edad del niño, de acuerdo con sus intereses y que le permita pensar y pasar largo tiempo mental y físicamente activo.

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Y si cree que su hijo ya tiene edad para un dispositivo digital, sea un teléfono, tablet o videoconsola, hablen inmediatamente del uso responsable. Los días de feriado por Navidad y Año Nuevo no deberían ser excusa para amanecerse jugando o saltarse comidas por terminar una partida.

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Los juguetes con pilas o imanes tienen unos mínimos de edad, porque un niño pequeño podría tragarlos y tener lesiones internas graves. Esto es igual para cualquier pieza pequeña en un juguete desarmable.

Ya que han decidido decorar juntos, permanezca alerta ante posibles riesgos de incendio, porque en general, los adornos suelen ser inflamables o incorporar luces, pilas o conexión eléctrica. Tenga cuidado con cables, tomacorrientes y bombillos defectuosos que se calientan rápidamente.

Si va de visita con los abuelos o los tíos, hable con sus hijos antes de ir y recuérdeles que hay ciertos límites en la casa de otras personas, y vigile que se mantengan lejos de las áreas de limpieza o lavandería, la cocina u otro lugar donde haya fuego u objetos calientes. Mientras dure la fiesta, no pierda de vista a sus hijos, incluso si le dicen que estarán jugando con otros niños. Un adulto responsable debe estar cerca siempre. (F)