La manera en que usted responda inmediatamente después de que su hijo se comporte de determinada manera hará que sea más probable —o menos probable— que ese comportamiento se repita.

Es más probable que se repita un comportamiento cuando es seguido de una consecuencia positiva, como una recompensa. Esto es así para todos los comportamientos, indican los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades. Incluso para las acciones que usted no quiere que se repitan.

Las recompensas incluyen darle atención, ir al parque, darle juguetes pequeños u otras cosas que a su hijo le gustan como un abrazo o un beso.

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La atención es una de las cosas que los niños más desean, especialmente cuando son pequeños.

Las recompensas se pueden usar para fomentar el buen comportamiento en su hijo. También ayudan a que su hijo haga con mayor frecuencia lo que usted quiere que haga. Es mejor dar recompensas inmediatamente después de un buen comportamiento. A veces, las recompensas no pueden darse inmediatamente, sin embargo, es importante darlas lo más pronto posible porque no son tan eficaces cuando se reciben mucho tiempo después del comportamiento. Esto es especialmente cierto para los niños pequeños y prescolares. Ellos no tienen tanta memoria como los niños mayores.

Cuando usted comience a usar recompensas, recompense los comportamientos que le gustan cada vez que ocurran. Explíquele a su hijo qué fue exactamente lo que hizo que a usted le gustó y por qué le está dando la recompensa. Si no le dice qué es lo que le agradó, no sabrá qué hacer la próxima vez para recibir una recompensa. Podría decirle: “Estoy muy contento porque has guardado los juguetes sin que te lo pida. ¡Ahora podemos leer dos libros más antes de dormir!”.

¿Por qué son importantes las recompensas?

Las recompensas son importantes por muchas razones. Primero, las recompensas pueden usarse para aumentar la autoestima. Los niños pequeños y prescolares oyen las palabras o frases “no”, “no lo hagas”, “detente” y “basta” muchas veces al día. Esto es normal y es una de las maneras en que aprenden a diferenciar lo que está bien de lo que está mal.

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Un sistema de recompensas con estrellas o sellos puede ayudar al niño a entender cómo avanza su buen comportamiento.

Sin embargo, cuando oyen esto una y otra vez, su autoestima puede sufrir. Podrían comenzar a creer que no pueden hacer nada correctamente. Cuando un niño se gana una recompensa, sabe que ha hecho algo bueno y algo que a usted le agrada.

Las recompensas también pueden ayudar a mejorar la relación con su hijo. Cuando usted le da una recompensa a su hijo, los dos se ponen contentos. Usted está feliz porque su hijo ha hecho algo que a usted le agrada, mientras que el niño también está feliz porque recibe algo que a él le agrada.

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Tipos de recompensas: materiales vs. sociales

Existen varios tipos de recompensas. La mayoría de las personas piensa que las recompensas son juguetes, caramelos u otras cosas que cuestan dinero. Ese tipo de recompensas se llaman “recompensas materiales”. Otro tipo de recompensa son las recompensas sociales.

El dinero es otro premio material que podría abandonarse en favor de las recompensas sociales, más valiosas para los niños.

Las recompensas sociales cuestan poco o son gratuitas, y pueden ser aun más poderosas que las recompensas materiales. También se pueden dar con mayor frecuencia e inmediatamente después de los comportamientos que a usted le gustan. El afecto, los elogios o su atención son ejemplos de recompensas sociales.

Ejemplos de recompensas sociales:

  • Afecto: recompensar a su hijo con su afecto le indica que usted aprueba lo que él hizo. Incluye darle un abrazo, un beso, “chocar cinco”, sonreírle, darle una palmadita en la espalda o hacerle una caricia en el hombro.
  • Elogios: se da un elogio cuando los padres dicen algo como “Muy bien”, “Así se hace” o “Qué bueno”. Estas frases demuestran aprobación, pero no les dicen a los niños cuáles son exactamente los comportamientos que a usted le gustaron. Los elogios específicos son los que le indican al niño con precisión cuál es el comportamiento que a usted le gustó. Algunos ejemplos de elogios específicos son “Estoy muy contento con cómo jugaste tranquilo mientras yo hablaba por teléfono”. ”Me ayudaste mucho hoy cuando guardaste todos los juguetes en el clóset”. ”Gracias por no gritar dentro de la casa”.
  • Atención y actividades: pasar tiempo extra con usted o hacer una actividad especial pueden ser una recompensa poderosa para los niños pequeños. Algunos ejemplos son jugar un juego favorito, leer una historia, ir al parque y ayudar con la cena. Se pueden usar otras actividades, como ir al cine, al zoológico o a patinar, pero estas no siempre son fáciles de coordinar o pueden ser demasiado costosas.

Consejos para usar recompensas

Si usa recompensas sociales con recompensas materiales juntas, esto puede hacer que los comportamientos de su hijo mejoren más rápido. Usted puede reducir el uso de las recompensas una vez que su hijo esté haciendo regular y constantemente lo que usted quiere que haga.

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Cuando use recompensas materiales, las recompensas deben ser cosas que a su hijo realmente le gustan y le agradan. Si a su hijo no le gusta o no le agrada la recompensa, perderá el interés por ganarse una recompensa. Junto con las recompensas materiales siempre se deben dar elogios y atención. Los elogios y la atención juegan un rol importante en hacer que la relación padre-hijo sea una relación positiva.

Obligar al niño a 'limpiar el plato' para luego premiarlo con un dulce puede crear malos hábitos alimentarios. Foto: Shutterstock

Cuando elija las recompensas, sea creativo y piense en varias recompensas que pueda utilizar con cada uno de sus hijos. Recuerde que todos los niños son diferentes y a todos les gustan cosas distintas. Lo que puede ser una recompensa para un niño, tal vez no lo sea para el otro. Los niños también se aburren con facilidad. Si reciben las mismas recompensas todas las veces, estas serán cada vez menos poderosas.

Cuando los niños son más pequeños, se puede hacer mucho con recompensas pequeñas. En general, todo lo que se necesita para fomentar el buen comportamiento son calcomanías, caritas sonrientes y la atención de los padres. Esto cambia a medida que los niños crecen y a medida que otras recompensas adquieran mayor importancia.

Sistemas de recompensas

Los sistemas de recompensas sirven para llevar la cuenta de la frecuencia con la que su hijo hace cosas que a usted le gustan. Para los niños pequeños generalmente se usa un cuadro. En el sistema de recompensas se pueden incluir recompensas sociales y materiales. Funcionan de la siguiente manera: usted se fija en el comportamiento de su hijo y cuando hace algo que a usted le gusta, le da una recompensa.

Las recompensas podrían ser marcar el cuadro con una calcomanía, una carita sonriente, una marca de verificación o un sello de tinta. Los elogios y su atención también pueden usarse como recompensa. Las recompensas deben ser acordes con la edad de su hijo, su capacidad y sus preferencias.