Desde niña, Andrea Rojas transformaba las mañanas en su propio taller: jugaba con sus muñecas, les diseñaba outfits completos y experimentaba con colores, telas y combinaciones.

“Mi infancia y mi entorno jugaron un papel clave: crecí en un ambiente donde siempre se valoraba la creatividad y la estética, y eso me impulsó a seguir mis instintos desde muy joven”, dice.

Fue entonces cuando entendió que la moda no era un juego, sino su camino. Años más tarde estudió Negocios internacionales, una base que le permitió comprender la estrategia detrás de una marca, antes de formarse en diseño y dar vida a Lalitya, su firma de moda femenina en Ecuador.

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“Aunque siempre tuve la idea de dedicarme al diseño, en ese momento no había mucho apoyo para el talento local. A los 24 años tuve la oportunidad de trabajar en el área de diseño de una fábrica y fue ahí donde confirmé que el patronaje y el fitting eran mi verdadera pasión y estudié Diseño de Modas", señala Rojas quien además recalca que consolidar su nombre en un mercado competitivo y con expectativas es parte del reto diario.

Emprender y crear

Antes de convertirse en diseñadora, abrió una tienda de alquiler de vestidos, un espacio donde aprendió a leer los gestos, la seguridad y las emociones que una mujer proyecta cuando se siente bien vestida.

“Cada colección nace a partir de una investigación a mi comunidad: sus necesidades, eventos que marcan su día a día y cómo puedo aportar con diseños que respondan a esos momentos especiales”, refiere sobre sus colecciones con piezas limitadas. “Mi objetivo siempre ha sido diseñar piezas versátiles y atemporales que se adapten a la vida real de las mujeres”.

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Rojas -quien también se desenvuelve como creadora de contenidos- asevera que en cada colección busca transmitir una emoción. “Quiero que la mujer que vista una de mis piezas sienta seguridad, comodidad y, sobre todo, la alegría de reconocerse con más estilo y auténtica. Mi intención es que la prenda no sea solo un objeto de moda, sino una experiencia que eleve su confianza y su autoestima. Por eso también nos enfocamos en acompañar a nuestras clientas con asesoría en la tienda, para que cada elección conecte con esa emoción de sentirse únicas y especiales”.

Ecuador juega un rol fundamental en sus creaciones. “Toda nuestra mano de obra es ecuatoriana, trabajamos con talleres locales y así generamos empleo y valoramos el talento artesanal del país”, recalca la guayaquileña.

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Reciente colección

Essenza es su nueva línea. Nace, refiere, de la búsqueda de una elegancia atemporal que conecte con la mujer moderna y real. “Son prendas versátiles, modernas y elegantes, enfocadas en cortes, fitting perfecto y calidad, elementos que he aprendido a valorar desde mis primeras colecciones. Cada prenda refleja un equilibrio entre sofisticación, comodidad y esa esencia de feminidad que siempre he querido transmitir”.

Las piezas confeccionadas en lino y en telas suaves, tienen cortes atemporales que realzan la silueta y ofrecen versatilidad. “Son diseños que no solo buscan vestir, sino acompañar a la mujer en su vida cotidiana con estilo y confianza”, expresa.

La paleta de colores combina tendencias actuales con tonos tierra, verdes y pasteles, evocando calma, sofisticación y naturalidad. Cada textura y cada modelo están pensados para que la prenda se sienta elegante, atemporal y alineada con la tendencia Quiet Luxury, que refleja sencillez, lujo discreto y detalles refinados. “Sueño con seguir expandiendo la marca a nivel nacional e internacional, crear colecciones que inspiren a mujeres a sentirse seguras y empoderadas, y explorar nuevas líneas con un enfoque en sostenibilidad”, comparte Rojas, quien tiene la ilusión de dictar talleres de asesoría de imagen. (I)