Tengo 22 años y una vida tranquila, a excepción de mi conciencia, estoy teniendo una vida bisexual. Mi última relación con una chica fue hace ocho meses, un noviazgo de dos años y medio. Pero hace tres meses tuve un encuentro sexual con un compañero de estudios. Cuando era más joven solía tener sexo oral con ciertos amigos. Quiero ayuda, porque me enamoro de mujeres, estoy con ellas y me siento feliz, aunque sexualmente no siempre me motivan. Ya no quiero pensar en tener sexo con hombres. No quiero vivir en doble sentido.
J.
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Estimado J: Es importante recalcar que la bisexualidad no es una patología o enfermedad que requiera de tratamiento o cura. (Ref. DSM V -TR, Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, 5ª edición, texto revisado). Razón por la cual la solución o soluciones vendrán por una atención integral del área de la salud mental, sexual y posiblemente médica, para corroborar que todo esté funcionando de manera óptima en su metabolismo y mente, para luego canalizarlo en las emociones que expresa con las demás personas.
También es relevante mencionar que su caso es muy común en la actualidad, y esto puede causar confusiones innecesarias que traen frustraciones y malos entendidos entres las partes involucradas, sobre todo en el ámbito de las RRSS (redes sociales), lugar en donde se suelen filtrar datos de este tipo de “doble vida” que se tiene.
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En vista de que su expresión sexual tiene antecedentes varios e historia, es muy probable que esté ya estructurado una orientación bisexual. La cual no necesariamente deberá traer conflictos en su vida de pareja, sexual o amorosa. Lo que sí es estrictamente necesario es analizar su caso de forma particular para aclarar dudas y proporcionar información científica relevante a sus gustos y preferencias dentro de la cama (coito) y fuera de ella (amor), que en su caso se encuentra dividido, cuando deberían unificarse.
Del mismo modo, evaluar de manera profesional sus diversas etapas de desarrollo (infancia, niñez, adolescencia y adultez), estructura familiar, creencias, religión, estilo de vida, entre otros. Lo cual le permitirá responderse el porqué de muchas de sus acciones y resolver de manera efectiva estas divisiones de sexualidad entre su mismo sexo y el opuesto.
Por el momento es recomendable evitar googlear, autodiagnosticarse o persistir en tener encuentros íntimos, que al final le dejarán una sensación de vacío (sobre todo en estas fechas de febrero y temporada playera). Puesto que lo ideal, en su caso, es conciliar lo que menciona –que se “enamora” de las mujeres– con un certero y estable vínculo con ellas, si así lo desea, en el ámbito amoroso. Esto llevaría a relaciones de pareja íntimas, completas y totalmente satisfactorias. Incluso si fuese con el mismo sexo, podría lograr su felicidad.
La fórmula del amor y el sexo no es la misma para todos. Cada persona es un mundo, y dentro de ese aspecto, al unirse a otra persona, deberá potenciarse cada uno para obtener placer, amor y felicidad sin la necesidad de buscar afuera o en otras personas un complemento o la satisfacción de una necesidad adicional.
Culmino enfatizando que por ahora el trabajo cursa por un tema de carácter individual a ser abordado en terapia o asesoría sexológica (con análisis multidisciplinario). Razón por la cual, dado ya este primer paso de solicitar una ayuda o respuesta al tema, queda en sus manos dar continuidad a su necesidad y resolver de una vez por todas este tema, que sí tiene solución.
De esta manera podrá de forma segura, placentera, alcanzar la felicidad y realización en cualquier relación que desea tener en el futuro.