Mi caso es el siguiente: me casé hace un año muy enamorado, tuve dos años de noviazgo; el problema surge porque mi esposa de un tiempo acá no le gusta que me divierta con mis amigos, aun ella estando presente.
Tenemos muchos problemas, ya sea porque si ella está limpiando la casa, tengo que yo estar haciendo algo, porque si no se molesta.
Es pecado pedirle compartir algún gasto o si pasa algún acontecimiento fortuito no quiere ayudar económicamente a resolver el problema. Es fatal tocarle el bolsillo, porque ella siempre tiene sus “planes” que no comparte conmigo y para colmo se le ha hecho costumbre botarme de la casa, se aprovecha porque sabe que por amor propio no regresaría a la casa de mis padres.
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Yo la amo, pero no estoy seguro de que su amor hacia mí sea igual de fuerte, ya que a la primera ocasión se le hace fácil deshacerse de mí. ¿Podrían orientarme?
El desesperado
Gracias por escribir al especialista. Respondiendo a su carta, veo que son un matrimonio de poco tiempo de casados y están enfrentando desafíos que son normales en toda pareja, especialmente cuando recién empiezan.
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Era importante que antes de tomar la decisión de casarse hubiesen hecho un prematrimonial, donde se les ayudaba a establecer metas claras con objetivos definidos como pareja, eso es importante para saber cómo conducirse en una relación conyugal.
En primer lugar, frente a la oposición o negación que su esposa tiene con relación a sus amigos, tómese el tiempo y averigüe por qué le incomoda a ella que usted frecuente y se relacione con ellos.
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La comunicación es muy importante en la vida de las parejas.
En segundo lugar, el manejo de sus finanzas dentro del matrimonio es un tema que debió ser tratado, hablado y acordado al comienzo de vuestra relación, ya que esto se convierte en un problema que puede provocar el divorcio. Busque un espacio para tratar el tema, aún están a tiempo de hacerlo.
Use frases como esta:
“Me siento abrumado con los gastos del hogar y me gustaría que pudiéramos hablar sobre cómo organizarnos mejor económicamente como pareja”.
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Enfóquese en expresar sus emociones y busquen soluciones en conjunto.
Establezcan acuerdos claros, aquí un ejemplo de posibles soluciones:
- Dividir los gastos al 50 % si ambos ganan lo mismo.
- Dividir proporcionalmente si uno gana más que el otro.
- Uno se encarga de los gastos y el otro del hogar y crianza si así se acuerda.
Busquen apoyo en una terapia conyugal, para que el profesional los ayude mediando en todas las diferentes situaciones que se presentan. Evalúen sus expectativas mutuas y como equipo que son.
No caigan en el chantaje.
Aprenda a ejercer un liderazgo saludable, siendo autoridad y desarrollando su rol de ser un esposo que se respete a sí mismo y de esta manera su esposa también lo va a respetar a usted.
Ponga límites claros:
Usted puede decirle con firmeza, pero sin agresividad: “No acepto que me saques de la casa cada vez que discutimos. Decidimos juntos vivir esta experiencia del matrimonio y seguiremos el compromiso que juntos hicimos de estar en las buenas y en las malas”.
Éxitos en la aplicación de estos consejos.