Desde hace tres años tengo molestias en la garganta: a veces me quedo sin voz; siento flema y debo toser. Esto me avergüenza, porque se presenta cuando estoy en mi trabajo, con aire acondicionado, y atendiendo al público. Me han ordenado cultivos de secreción faríngea, pero no tengo infección. Pienso que soy alérgica a los olores del supermercado: hay detergentes, desinfectantes y jabones, y necesito tomar agua a cada rato.