Esa mujer que sonríe traviesamente en nuestra portada en blanco y negro –creativa decisión del fotógrafo– transpira un entusiasmo que nos contagia de inmediato una buena onda en estos tiempos bajoneros que atravesamos.

Portada de La Revista del diario EL UNIVERSO del domingo 23 de enero de 2022. Foto: Álex Vargas (cortesía). Foto: El Universo

Debo confesar que conozco a Teresita Arboleda desde mi época con pelo, es decir, mi etapa de la televisión en Ecuavisa, donde yo fui uno de los primeros en recibirla, porque venía del Liceo Panamericano, un colegio del cual yo me sentía muy cercano porque mi suegra fue su fundadora y mis hijos, sus alumnos. La Teresita de entonces es exactamente la que traemos a La Revista en el reportaje de Stephanie Gómez, pero no piensen que en esas páginas vamos a ponernos nostálgicos y a hablar de toda su luminosa carrera en Televistazo. Lo que nos brinda Teresa es lo que ella es en la actualidad, esa actitud que nadie debe perder nunca.

El interés por las “pequeñas cosas” que a veces dejamos pasar y que son las que hacen finalmente posible enfrentar la existencia con todas sus penas y alegrías. Especialmente ahora, que estamos rodeados de un círculo letal de miedos y trastornos, es vital llenarnos de aquel oxígeno que nos ayuda a seguir nuestras verdaderas rutas en la vida, donde se acentúan nuestras relaciones, nuestros objetivos, nuestros gustos. La edad es secundaria. “Todas las edades tienen sus frutos, pero hay que saberlos cosechar”. Lo dijo Raymond Radiguet, un escritor que solo vivió dos décadas, pero él ya lo sabía... (O)

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