A inicios del 2019, una sonriente y serena Marie Kondo irrumpió en el servicio de streaming Netflix para enseñarnos a vivir más ordenados y con menos objetos en nuestro hogar. El programa A ordenar con Marie Kondo sigue básicamente el método KonMari, que ella mismo inventó, el cual aconseja desechar “rápida y completamente” todo aquello en la casa que no provoque alegría, y lo que sí lo hace debe ser almacenado en un lugar específicamente destinado para ello.
Esta premisa hizo mucho eco con los estilos de decoración minimalista. Pero en los últimos años ha surgido una nueva corriente que va en contra de todos estos preceptos. Se trata del cluttercore.
Imagina todo lo contrario a lo que decía Kondo. Que los objetos que te causan alegría son muchos, por lo que deseas desechar nada, y en vez de reservarlos en un determinado almacenamiento, todos están a la vista en paredes, estanterías, escritorios o incluso en el piso.
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Eso es en parte el espíritu del cluttercore, un estilo de diseño de interiores relativamente nuevo. También conocido como caos organizado, se trata de una estética poco convencional e imperfecta que para muchos estimula la creatividad y deja espacio para la individualidad.
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“Con esta tendencia se está tratando de reflejar la conexión de las personas con su casa, con sus objetos personales y con sus recuerdos, con todo lo que más les gusta”, explica la diseñadora de interiores María Fernanda de Stagg. “Siempre les pregunto a los clientes qué es lo que les gusta, sus colores favoritos, si tienen un objeto de valor que les gustaría dejar como parte de la decoración”.
Por ejemplo, dice la experta, si a una persona le gusta viajar mucho, puede cubrir una pared de su vivienda con fotos de todos los lugares que ha visitado. Lo mismo si colecciona pinturas o dibujos artísticos, u otro tipo de artículos, como tazas, platos, hasta cucharas de múltiples rincones del planeta.
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Otro ejemplo, quienes aman cuidar plantas se pueden sentir entusiasmados al decorar su casa con macetas; similar a las personas que gustan de acumular libros. “Es llenar la casa con los detalles que son importantes para esa persona, porque puede ser que para otros sea un estilo demasiado recargado”.
Cómo surgió el cluttercore
Como muchas tendencias actualmente, esta corriente se ha popularizado de forma densa en TikTok y en Instagram. Los especialistas le deben su auge a la generación Z (nacidos entre finales de la década de 1990 y mediados de la década del 2000), más proclives a compartir sus estilos de vida en las redes sociales.
En su experiencia, De Stagg considera que esta tendencia existe porque cada vez más personas desean reflejar su esencia en sus espacios propios. “Muchas veces muchas casas en su interior se repiten, entras a una casa y es igual a otra. El cluttercore es un desorden desde cierto punto de vista, pero hay desorden porque justamente es donde uno vive. La intención es que cuando tú entras te transmita una energía que no sea tan fría como entrar a un hotel. Cada casa necesita tener la esencia de una persona, cuáles son tus gustos y lo que lo represente”.
“La pandemia ha cambiado la forma en que nos relacionamos con nuestros hogares. Antaño, los espacios que solo veíamos al principio y al final de los días se han vuelto tremendamente multifuncionales: guarderías y oficinas, campos de batalla y santuarios personales. Para algunos, eso significó limpiezas profundas (las tiendas de segunda mano recibieron avalanchas de artículos ya no deseados), pero para otros, eso significó rodearse de las cosas que aman”, reflexiona la editora de estilo Bel Jacobs, para BBC. “La pandemia nos ha recordado que el hogar debe ser un lugar donde estás rodeado de cosas que amas, en lugar de aquellas que solo sobrellevas”.
En qué se diferencia el cluttercore del maximalismo
El cluttercore y el maximalismo tienen el mismo origen e idea central, pero cada estilo expresa de manera diferente el deseo de individualidad de cada persona con relación en el ambiente donde vive.
La tendencia del maximalismo se trata de declaraciones conscientes: un color o un patrón brillante, o un mueble inusual, que llama la atención por todo lo demás en el ambiente. El objetivo es crear un concepto general atractivo y armonioso, dejando al mismo tiempo espacio para toques personales.
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Los interiores cluttercore siguen líneas similares, pero en lugar de algunos aspectos destacados, todos resaltan al mismo tiempo. Aquí las cosas son aún más coloridas, más caóticas y más libres. Si bien en el maximalismo se mantiene un cierto grado de orden, a pesar de la diversidad, todo está permitido en el “diseño desordenado”.
“Aunque está ligado a decorar con cosas personales y muestra quiénes somos de una forma un poco recargada, tampoco tiene que verse como un caos. Primero, si son muchas cosas hay que tener en cuenta que hay que limpiar cada cierto tiempo. Hay que estar conscientes de que esas paredes o muebles con recuerdos, todo eso a larga acumula polvo, sobre todo en la Costa, y va a crear un efecto contrario. Eso ya no es calidez o felicidad, que es de lo que se trata la tendencia”, concluye De Stagg. (E)