Hace algunos días, un correo recibido nos tomó por sorpresa en La Revista. “Buenos días, soy Miguel Gaibor Vásquez, tengo 12 años, estoy en 8vo de Básica y vivo en Quito”, escribía un joven emprendedor que buscaba compartir su historia con otros jóvenes para “que se atrevan también a apoyar a la economía de nuestro país, a ser productivos y a divertirse haciendo algo que les guste”.

Con esas palabras comenzaba ese emotivo mensaje que, por cierto, estaba bien escrito y estructurado. Así que nos propusimos conocer a este joven que reside con su ma (así llama cariñosamente a su madre, Carmen Vásquez) y su perrito schnauzer, Bondy, su fiel amigo desde hace 9 años, y que alguna vez recibió la propuesta de ser modelo de una marca comercial. “Pero me negué porque decidí que el día que apareciera en un medio de comunicación sería por algo que valga la pena”.

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Efectivamente, su historia vale la pena. En plenos tiempos de pandemia, mientras varios adultos sufren por la falta de oportunidades laborales, Miguel Vásquez decidió comenzar un emprendimiento de preparación y venta de dulces con base a sus dos frutos favoritos, los cuales menciona en el simple y perfecto nombre de este negocio: Piña & Coco Postres.

Mi objetivo es que, cuando crezca mi empresa, pueda brindar trabajo a personas discapacitadas para que armen mis cajas, que actualmente hago yo los fines de semana con material reciclable.

Miguel Gaibor Vásquez

Sin embargo, más perfecta es su visión solidaria, responsable y madura, por ejemplo, al cuidar la salud de sus clientes al ofrecerles postres bajos en azúcar, decisión tomada porque su abuelita materna falleció de diabetes y sus tíos también padecen esa enfermedad, según nos explicó cuando tuvimos el gusto de conversar con él. Pero mejor dejemos que el propio Miguel nos explique a través de algunos párrafos de su correo electrónico.

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La voz del joven dulcero

Yo solía ir al cine con ma… pero vino la pandemia y no podíamos salir, así que empecé a interesarme por la comida, en mi caso, los postres, y mi ma me enseñó algunos, pero dos me gustaron más: el queso de coco que le hacía mi abuelita y el pie de piña. Entonces compartí con los vecinos y ellos me dijeron que si los vendía, ellos me lo compraban y así empezó todo: le pedí ayuda a mi ma para las entregas y desde ahí los vendo. Los preparo después de clases, según los pedidos; el 29 de diciembre recién creé mi Instagram. No es ¡qué bestiaaaa!, pero estoy aprendiendo y desde pequeño fui muy independiente gracias a mi ma (ella para nada es mamitis, jejeje), la amo mucho aunque es algo exigente.

Miguel Gaibor Vásquez es un joven emprendedor que se dedica a la venta de postres a domicilio. Su madre, Carmen Vásquez, es su gran inspiración. Foto: Carlos Granja Medranda. Foto: El Universo

Mis postres son sanos porque los hago con leche semidescremada, leche condensada semidescremada, poca azúcar, aceite de coco y ayudan a fortalecer el sistema inmunológico, entre otros beneficios.

Mi objetivo es que, cuando crezca mi empresa, pueda brindar trabajo a personas discapacitadas para que armen mis cajas, que actualmente hago yo los fines de semana con material reciclable. También quiero que mis proveedores directos de piña y del coco sean nuestros agricultores campesinos de Esmeraldas y Milagro, pero, bueno, será cuando crezca más. Tengo muchas ideas, pero voy poco a poco, sino me aloco, jejejeje.

Miguel Gaibor Vásquez (centro) tuvo su primer negocio a los 7 años de edad, sobre la avenida Amazonas (Quito). Foto: Cortesía

Mi primer negocio fue venta de limonada a los 7 años en la Av. amazonas (yo vivía ahí) y todo empezó porque mi mame hizo leer el libro Padre rico, padre pobre, de Robert Kiyosaki (me enseñó que debo tener una mentalidad para tener mi propio negocio y libertad financiera), también me hace que aprenda frases de personas que han dejado un legado por sus acciones, esos son líderes verdaderos. Yo quiero ser esa gota en el mar que haga una diferencia, como decía la Madre Teresa y ser una inspiración que genere acciones en otros jóvenes de mi edad, sin miedos, sin prejuicios, para mover la economía de mi país.

A veces termino muy cansado pero satisfecho porque a mis clientes les gustan mis dulces y me hace feliz porque lo hago con pasión y lo que se hace con pasión siempre sale muy bien, dice mi ma.

Miguel Gaibor Vásquez

Sé que no hago mucho, pero suma y si se te burlan no importa, como dice don Alfonso Espinoza de Ecuavisa (él es otro líder, mi ma siempre ve ese noticiero y dice que es el más serio y tener credibilidad es importante), porque si no hay ofensas, está bien, ayuda a estar vigente, jejejejeje.

He tocado algunas puertas y, como dice mi ma, para que te digan sí debes intentar y si te dicen no, debes seguir intentando… con determinación y perseverancia como decía Ray Kroc, quien explotó el potencial del Mc Donald’s (mi ma me hizo ver tres veces la película El fundador, también conocida como Hambre de poder, esas fueron las palabras que se me quedaron grabadas y me sirven)… quisiera dejar un legado porque tengo una visión, aunque tenga 12 años recién y muchas personas no me tomen en serio. Quisiera inspirar, crecer con mi Piña & Coco Postres y ayudar a crecer a otros en el camino. Eso siempre me lo ha enseñado mi ma y también lo leí en Padre rico, padre pobre.

Miguel Gaibor Vásquez elaboró su página de Instagram en diciembre, junto a su mejor amigo, Bondy. Foto: Cortesía

Combino mis responsabilidades en casa, en el colegio y con mi Piña & Coco Postres. A veces termino muy cansado pero satisfecho porque a mis clientes les gustan mis dulces y me hace feliz porque lo hago con pasión y lo que se hace con pasión siempre sale muy bien, dice mi ma... Les deseo salud para ustedes y sus familias. Ese es el mejor regalo que podemos dar y recibir… Soy Miguel, buscando una oportunidad para compartir mi historia. Muchas gracias.

Instagram: @pinaycocopostres.