Escuchar la entrevista de Edward Enninful al cierre del reciente Festival de Cine de Londres me conectó a lo que está pasando en la moda global en dos años pandémicos y que Ana María Maya observa en su nota de La Revista de este domingo. Él no solo es el primer hombre en convertirse en el editor de la edición británica de Vogue, sino que además es de raza negra. Fue detenido e inspeccionado por los guardias de seguridad en el lobby de las oficinas de la revista cuando acudió a su primera cita en Londres.

“Es patético. La gente no se adapta a los tiempos y todavía rigen su conducta como si no hubiera pasado nada”. Edward no solo habla de un problema racial. “Lo de la inclusividad en el plano laboral ha entrado en la industria del entretenimiento con una fuerza descomunal, en los niveles más increíbles. Por eso puse en la portada a Judy Dench —laureada actriz británica— a sus casi noventa años. ¿Por qué la moda solo puede reglamentarse con la juventud? Todo eso es cosa del pasado”.

En un supuesto retorno a la existencia normal pospandemia, lo más complejo es lo que la sociedad global define como “lo normal”. Esa palabra yo creo que está enterrada y por eso es absurdo hablar de la tan mentada “nueva normalidad”. Nuestros corazones ya no son los mismos y nuestros hábitos tampoco. Si, de repente, la moda, el cine, el teatro, las artes en general adquieren una preponderancia clave en nuestra adaptación a una actualidad que cada día se transforma... Estemos listos. (O)