Una empresa de tecnología en el este de China diseñó cojines “inteligentes” y se los dio a sus empleados para sus sillas de oficina como parte de un estudio de producto. Se suponía que los cojines debían monitorear su salud, señalar las malas posturas como signo de posible fatiga, medir los ritmos cardíacos y contar los minutos que pasaban en los puestos de trabajo.

No obstante, cuando el director de recursos humanos de la empresa empezó a preguntar sobre los descansos largos y las salidas anticipadas del trabajo por parte de los empleados, pronto quedó claro que los cojines también registraban lo último que los empleados querían que sus jefes supieran: cuándo se ausentaban de sus escritorios, lo que podía suponerles un problema a los empleados.

El episodio en Health Boost IoT Technology Co. planteó preguntas sobre la privacidad y la transparencia en el lugar de trabajo y suscitó un debate en línea sobre los límites de la vigilancia corporativa. Mientras la vigilancia gubernamental es omnipresente en el país, ahora los residentes también se preocupan por la vigilancia no deseada por parte de sus empleadores.

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La empresa, con sede en la ciudad de Hangzhou, dijo en un comunicado que había emitido una advertencia al gerente de recursos humanos por "difundir" datos de los participantes sin permiso. Sin embargo, el director ejecutivo de la empresa, Zhang Biyong, defendió el derecho del gerente a investigar el paradero de sus empleados.

“Si los empleados no están en sus asientos”, dijo en una entrevista el lunes, “entonces no podemos recabar los datos”.

Una empleada reveló de manera anónima la existencia de los cojines especiales en una publicación muy difundida que escribió en línea a finales del año pasado en 19lou, un foro sobre el estilo de vida. Los medios noticiosos locales dieron a conocer la historia este mes. La mujer recordó sentirse alarmada cuando un gerente de la empresa le preguntó sobre los descansos de media hora que había tomado fuera de su estación de trabajo y dijo que había sido amenazada con reducciones a su bono anual debido a su supuesta holgazanería.

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“¿Qué podría significar?”, escribió con pánico. “Significa que todas las pruebas están en el cojín, ¡y mi jefe lo sabe!”. Añadió: “Ir a trabajar es como estar en la cárcel: esa sensación de que te están vigilando en todo momento. ¿Quién trabaja realmente de forma productiva cada minuto y segundo en la oficina?”, preguntó.

A otra colega, dijo la mujer, le preguntaron por qué había salido del trabajo 10 minutos antes todos los días. A otros les hicieron preguntas similares. La mujer no respondió de inmediato a las preguntas enviadas a su cuenta en el foro. Aunque la empleada no mencionó la empresa, Health Boost emitió un comunicado el 23 de diciembre en el que negó que estuviera vigilando a sus empleados desde los asientos de sus sillas de oficina.

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La compañía diseña lo que llama dispositivos de salud “discretos”, como el SlaapLekker (“duerme bien” en holandés), un dispositivo instalado en los colchones para medir la salud del corazón. Zhang también es coautor de trabajos de investigación sobre la “colchoneta sensorial” de una silla que podría monitorear la postura, el ritmo cardíaco y la tecnología de “detección discreta temprana de estrés” para las “oficinas inteligentes del futuro”.

El lunes, en una entrevista telefónica, el director ejecutivo mencionó que los polémicos cojines estaban destinados a reducir la fatiga en el lugar de trabajo y prevenir los dolores causados por las largas horas de trabajo en la oficina. Los datos recabados de los empleados a través de los sensores en los cojines, dijo, se utilizaron para monitorear su salud y mejorar la tecnología del producto, no para evaluar su desempeño laboral. Los datos podían ayudar a un trabajador a no encorvarse con ayuda de una tabla de medidas que se muestra en la pantalla de la computadora de un empleado y en la aplicación para teléfono inteligente del producto.

Zhang agregó que, de los aproximadamente 20 empleados de su empresa, los siete que usaban los cojines habían firmado formularios de consentimiento para participar en el estudio diseñado por un estudiante de maestría de la Universidad Tecnológica de Eindhoven, en los Países Bajos. Una copia de un formulario de consentimiento en blanco revisada por The New York Times mostró que los nombres y la información identificable debían separarse de los datos para asegurar la confidencialidad. Señalaba que “algunas personas pueden acceder a todos sus datos en el lugar de la investigación” para garantizar que el estudio se realizara “de manera buena y confiable”.

No se sabe si se informó a los empleados de que, además de los investigadores, el gerente de recursos humanos no identificado también tendría acceso a su información.

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Las empresas chinas de tecnología son conocidas por sus horarios de trabajo agotadores, descritos como “996” (en el que los empleados trabajan arduamente de 9 a. m. a 9 p. m. seis días a la semana) o su hermano cercano, “11116” (de 11 a. m. a 11 p. m. seis días a la semana). Sin embargo, los empleados jóvenes han logrado tolerar los bajos salarios y la movilidad limitada, al hacer largas pausas para comer e ir al baño con frecuencia, en una filosofía llamada “tocar el pescado”, un modismo que significa “aprovechar el momento”.

Zhang dijo que era responsabilidad del departamento de recursos humanos vigilar la salud del personal y argumentó que: “Ahora tenemos una herramienta que puede ayudar a ese departamento a mantener la salud de los trabajadores”.

Matthijs Hoekstra, quien diseñó el estudio de Health Boost, dijo que había usado la tecnología de los cojines para investigar “la vitalidad y la salud de la oficina” con el consentimiento de los participantes.

“Colaboramos a nivel tecnológico, y para mejorar la tecnología, también colaboramos en la recopilación de datos de ejemplo de forma voluntaria para los experimentos científicos en los laboratorios”, escribió Hoekstra en un correo electrónico el lunes.

Su supervisor, Jun Hu, también mencionó en un correo electrónico, en el que se refirió a la empresa por su nombre chino, que: “Fuera de Hebo no tenemos acceso a los datos brutos, sino solo a información codificada, anonimizada y procesada para fines de investigación”.

Los investigadores se negaron a hablar sobre el nivel de acceso que el gerente de recursos humanos de Health Boost tenía a los datos de los empleados.

Al preguntársele si reconsideraría elementos del estudio después de la protesta en línea, Zhang dijo que no había hecho nada malo. “Hemos consultado a muchos abogados; tenemos los formularios de consentimiento de los participantes”, afirmó.

Sin embargo, Zhang señaló que los cojines inteligentes eran mejores para los empleados que la tecnología existente utilizada por las empresas para rastrear las horas de trabajo, como el reloj checador que funciona con la huella dactilar.

Esa tecnología, señaló, “ni siquiera tiene funciones de salud”.

Un “cojín inteligente” diseñado por una empresa china de tecnología tiene sensores que vigilan el ritmo cardiaco y cuentan los minutos que los empleados pasan en sus estaciones de trabajo (Health Boost IoT Technology Company vía The New York Times)