Hace dos años atrás, la NASA (Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio) la noticia de "un platillo volador del espacio exterior que se estrelló en el desierto de Utah después de ser rastreado por un radar y perseguido por helicópteros" y sustentó la información con una foto.

Sin embargo, la imagen correspondía al 8 de septiembre de 2004, cuando una cápsula cayó en Utah a una velocidad estimada de 310 km/h. No obstante, la agencia espacial estadounidense no insinuó una visita extraterrestre por la imagen.

"Un platillo volador del espacio exterior se estrelló en el desierto de Utah después de ser rastreado por un radar y perseguido por helicópteros", decía en la descripción de la foto, publicada entonces por la NASA en la página web Astronomy Picture of the Day.

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¿Pero cuál es la historia real detrás de la imagen? Pues, el objeto volador golpeado y semienterrado en la arena del desierto, era en realidad la cápsula de retorno de la nave espacial Génesis. Y la idea no era que aterrizara de una manera tan brusca, precisó Science Alert. Luego del accidentado aterrizaje, la cápsula de la nave espacial Génesis quedó semienterrada en el desierto de Utah.

Para entender esto, debemos ir un poco más atrás; a 2011. En dicho año, se lanzó la misión 'Génesis', que ya mencionamos anteriormente. Ésta tenía como objetivo orbitar alrededor del Sol y "recolectar partículas del viento solar que generalmente son desviadas por el campo magnético de la Tierra"; es decir: recopilar datos sobre la composición de las partículas cargadas que fluyen desde la corona del Sol.

Una vez que la misión fue completada, los investigadores debían determinar con exactitud la composición de la estrella para así conocer a detalle los elementos que la rodeaban cuando se formaron los planetas del Sistema Solar.

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127 segundos luego de reingresar a la atmósfera terrestre, un mortero a bordo de la cápsula explotaría para liberar un paracaídas preliminar para desacelerar y estabilizar el descenso. A continuación, debía inflarse un paracaídas principal que le daría a la cápsula un suave descenso hacia el campo de pruebas y entrenamiento de Utah. Ninguno de esos paracaídas se desplegó.

Pero los planes no resultaron. ¿Cuál fue el error?

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Después de una ardua investigación, identificaron que el error se debió a un conjunto de diminutos sensores, de apenas del tamaño del extremo metálico de un lápiz, que se instalaron al revés. Estos pequeños sensores debían detectar el aumento de las fuerzas G a medida que la cápsula caía en picada hacia el suelo y activarían el despliegue de los paracaídas.

Las imágenes demuestran que el accidente provocó graves daños en la estructura de la cápsula, se rompieron varias de las matrices y se contaminó la preciada carga que contenía.

No obstante, la misión Génesis no se arruinó por completo, aún después de un aterrizaje tan dramático de la cápsula. Por fortuna, no todos los materiales se destruyeron con el impacto y permitieron conservar algunas muestras recolectadas en el espacio. (I)