Uno de cada seis personas que desarrollan síntomas graves de COVID-19 pueden tener dificultades para respirar (disnea) y pérdida de la calidad de voz (disfonía). Esta enfermedad, que aún está en investigación para evaluar los efectos en el cuerpo, ha ocasionado el confinamiento de millones de personas, así como la muerte de cerca de 1,5 millones.