En ocasiones, por más que los padres se esfuercen y sean pacientes, los niños no quieren o no pueden dormir tranquilos. Y los adultos posponen su hora de descanso tratando de apaciguar a los pequeños.

El sueño es una parte integral de la vida cotidiana, representa una necesidad biológica indispensable, que permite restablecer las funciones físicas y psicológicas esenciales para un pleno rendimiento, según indican los neurólogos pediatras Daniel Cruz Montesinos y María Andrea Linares Contreras.

Publicidad

Durante el sueño, el cerebro, explican los especialistas, presenta una gran actividad, y en el organismo suceden numerosos cambios de todo tipo: hormonales, metabólicos, de temperatura, en el sistema muscular, en la respiración, entre otros.

Y ya que el sueño interviene en la regulación de múltiples sistemas orgánicos, su afectación puede originar un desequilibrio funcional en ellos.

Publicidad

Las necesidades de sueño de un niño cambian a medida que crece. Lo fisiológicamente esperado por edades sería:

  • Recién nacido hasta los 3 meses: de 14 a 17 horas.
  • De 4 a 11 meses: de 12 a 15 horas.
  • De 1 a 2 años: de 11 a 14 horas.
  • De 3 a 5 años: de 10 a 13 horas.
  • De 6 a 13 años: de 9 a 11 horas.
  • De 14 años en adelante: de 8 a 10 horas.

La importancia de la higiene del sueño desde el nacimiento

El impacto de los problemas del sueño en la edad pediátrica no solo se verá reflejado en el crecimiento y el neurodesarrollo, sino también en la calidad de vida de la familia, como confirman Cruz y Linares.

“Deseamos difundir y educar a los padres acerca de la importancia del sueño en la edad infantil, y de esta manera brindar información sobre posibles signos de alarma que pudieran estar presentes en el sueño; promoviendo una consulta médica oportuna y eficaz”, señalan los expertos.

En Ecuador no hay cifras actualizadas, pero por referencias internacionales se conoce que aproximadamente entre el 25% y 30% de los niños menores de 5 años presentan problemas o alteraciones del sueño de diverso orden, “con un claro infradiagnóstico por parte del colectivo médico”.

Las alteraciones del sueño, continúan los neuropediatras, pueden manifestarse bajo un amplio abanico de posibilidades: hiperactividad, inatención, agresividad, depresión, cambios de humor, menor rendimiento escolar. Esto ocurre tanto en niños regulares como en portadores de trastornos del neurodesarrollo y enfermedades psiquiátricas.

Los médicos mencionan tres categorías de problemas en relación con el sueño en los niños:

1. El niño al que le cuesta dormirse: que puede presentar insomnio por higiene del sueño inadecuada.

2. El niño que presenta eventos anormales durante la noche: como en el síndrome de apnea-hipopnea obstructiva del sueño pediátrico (SAHS), sonambulismo, terrores del sueño o nocturnos, despertar confusional, pesadillas y movimientos rítmicos del sueño.

3. El niño que se duerme durante el día: por privación crónica del sueño de origen multifactorial o narcolepsia.

Una adecuada educación por parte de los padres y cuidadores desde el nacimiento del niño podría prevenir la mayoría de los trastornos del sueño. “La higiene del sueño es un instrumento muy útil para los padres en casa”, aseguran Cruz y Linares, “ya que nos permite modificar hábitos o rutinas erradas que podrían explicar parte del problema”.

Aspectos esenciales para prevenir trastornos del sueño en los niños

  • Ir a la cama cada noche a la misma hora, preferiblemente antes de las 21:00.
  • Mantener horarios de siesta diurna adecuada para la edad.
  • Establecer una rutina antes de acostarse (bañarlos y hacerle masajes).
  • Hacer de la habitación un lugar propicio para el sueño; fresco, oscuro y tranquilo, evitando la exposición a la luz brillante.
  • Evitar las comidas pesadas y la actividad vigorosa cerca de la hora de acostarse.
  • Mantener los dispositivos electrónicos (televisión, computadoras, teléfonos móviles, tablets) fuera de la habitación y limitar su uso cerca de la hora de acostarse.
  • Evitar tomar muchos líquidos, colas, café y té.
  • Mantener horarios regulares durante el día, incluido horarios de comida.

“Queremos concienciar sobre la importancia del sueño en el neurodesarrollo del niño”, finalizan los especialistas, “en especial en esta época de pandemia, en que el encierro y la exposición a pantallas pueden predisponer la aparición de trastornos del sueño, siendo esta una experiencia de reflexión a futuro”.