La historia gastronómica de la mayoría de los habitantes urbanos de este planeta se inicia más o menos igual. Al nacer recibimos el alimento perfecto directamente de nuestras madres, luego empezamos a comer una variedad de vegetales hervidos y servidos como puré, así como variadas compotas en donde su sabor dependerá muy seguramente de lo que se encuentre en la zona que vivimos.