El abril se difundió un estudio francés sobre la nicotina y su aparente un efecto protector contra el nuevo coronavirus que causa la enfermedad del COVID-19. La investigación se realizó entre 350 pacientes hospitalizados y 150 leves, que dieron positivo a las pruebas diagnósticas de la afección.

No obstante la Organización Mundial de la Salud (OMS) desmintió que fumar ayude a protegerse del coronavirus. La epidemióloga María Van KerKhove explicó el viernes que se trata de dos estudios que no han sido revisados por los pares sobre prevalencia de fumadores entre hospitalizados.

Según esta especialista de la OMS, los estudios no fueron creados para evaluar si fumar protege de alguna manera y no llegan a esa conclusión.

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El COVID19, recordó, es una enfermedad respiratoria y fumar daña los pulmones. “Hay estudios publicados que han encontrado que fumar lleva a desarrollar síntomas más graves, y pone a la gente en más riesgo de ser conectados a un ventilador, entrar a la UCI y morir”, dijo.

Vulnerables

Es probable que los fumadores sean más vulnerables a la COVID-19, ya que el acto de fumar supone arrimar los dedos (y los cigarrillos, que pueden estar contaminados) a los labios, lo que aumenta la posibilidad de transmisión del virus de la mano a la boca. Los fumadores también pueden padecer una enfermedad pulmonar o una capacidad pulmonar reducida, lo que potencia enormemente el riesgo de enfermedad grave.

Ciertos artefactos usados para fumar, como las pipas de agua, suelen conllevar el uso compartido de boquillas y mangueras, lo que puede facilitar la transmisión de la COVID-19 en ambientes comunitarios y sociales.

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Las afecciones que incrementan las necesidades de oxígeno o reducen la capacidad corporal de darle un uso adecuado conllevan un mayor riesgo de sufrir afecciones pulmonares graves como la neumonía.

La Sociedad Española de Epidemiología (SEE) ha recomendado evitar el consumo de productos de tabaco en todas sus formas para contribuir a la reducción del efecto de la pandemia por COVID-19. Asimismo, aconsejan mejorar la valoración y registro del consumo de tabaco en los sistemas de vigilancia, de modo que se pueda contar con más y mejores datos en los futuros estudios, detalla Europa Press.

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"El consumo de tabaco es un importante factor de riesgo de la incidencia de infección respiratoria, así como de la severidad en la progresión de la enfermedad, incluyendo también, con la evidencia científica disponible hasta el momento, la infección por SARS-CoV-2. Las recientes hipótesis que sustentan que la nicotina podría tener un efecto preventivo en el contagio o en la reacción inflamatoria exagerada no están acreditadas, por el momento, con una evidencia científica sólida", señala SEE.

Exfumadores

Los epidemiólogos argumentan que los fumadores, en mayor medida los fumadores actuales pero también los exfumadores, son más susceptibles de sufrir infecciones respiratorias víricas y bacterianas, tanto en sus formas leves como más graves. Por ejemplo, duplica el riesgo de sufrir neumonía y tuberculosis, e incrementa hasta 5 veces más la probabilidad de enfermar por gripe. Además, fumar agrava las infecciones respiratorias, con un mayor riesgo de hospitalización e ingreso en UCI en las personas afectadas por la gripe.

Por otra parte, la evidencia científica de las epidemias precedentes por otros coronavirus como el Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) muestra cómo ser fumador o haber fumado era un importante factor de riesgo que llegaba a triplicar la probabilidad de sufrir esta enfermedad. En el caso del Síndrome Respiratorio Agudo Grave (SARS-CoV), la asociación, aunque positiva, no llegó a ser significativa. (I)