Importación y venta de material educativo para niños con condiciones especiales (desde su inauguración en 2007)… Responsabilidad social empresarial (2008)... Capacitación educativa (2011)… Modelaje inclusivo (2015)... Sala de terapias integrales Sensory Kids Factory (2016)... Feria inclusiva ExpoDiversity (2018)… Revista especializada en discapacidades… y el 12 de febrero se convirtió oficialmente en fundación. Sí, todo esto es parte de la oferta de esta entidad creada hace trece años en Guayaquil por Maritza Martínez.

La Fundación El Baúl de Pinocho es hoy una de las entidades que mayor servicio brindan a las familias que tienen niños, jóvenes y adultos con síndrome de Down. Y fue abierta por una madre que inicialmente no sabía absolutamente nada sobre esa condición, pero que decidió aprender para atender mejor a su hija, Arianna Nicole Osma Martínez, ahora de 16 años.

“Cuando nació mi hija primero pasé por tres años de aceptación, de duelo, de ver qué hacer para ayudar a Arianna. El apoyo de mi esposo fue fundamental en todo ese proceso”, explica Maritza sobre ese periodo que considera común entre los padres de niños y niñas con síndrome de Down.

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La gran inspiración de este trabajo es Arianna, quien ahora tiene 16 años. “Es muy cariñosa; le gusta la guitarra y el modelaje”, dice su mamá. Foto: Víctor Álvarez.

Evolución natural

Esta madre, nacida en Bucaramanga (Colombia) hace 52 años, pero con 31 años residiendo en Guayaquil, tuvo que reinventarse. Abandonó su trabajo como jefa administrativa de la empresa de construcción de su esposo y comenzó, primero que todo, a aprender cómo realizar terapias de estimulación temprana.

“Los padres deben ayudar a sus hijos pequeños, por ejemplo, a que aprendan a gatear. Y como nacen con músculos hipotónicos (débiles) deben darles masajes”. Pero Maritza sintió que podía hacer mucho más por su hija, así que consideró adecuado brindarle el apropiado material didáctico.

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Pero no sabía nada al respecto, así que se dedicó a averiguar. “Encontré que lo vendían en Bogotá a muy buen precio. Así que comencé a traerlo para Arianna y también para venderlo a padres que estaban en similar situación”.

El Baúl de Pinocho publica desde octubre una revista bimensual sobre discapacidades. Para ello, Maritza Martínez recibe ayuda de la periodista Yolimar Peña (quien tiene un hijo con síndrome de Down), el fotógrafo Wilson Mejillones y de otros profesionales de la comunicación.

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Así nació El Baúl de Pinocho, como empresa importadora y de venta de material didáctico para niños con condiciones especiales. Luego observó que había una gran necesidad de conocimiento en la sociedad, así que primero se capacitó ella y se rodeó de expertos para profundizar en el mundo de las capacitaciones. “Había que informar a la sociedad, a los padres de familia, a los profesores sobre cómo es este mundo del síndrome de Down”.

Yo no siento que el nacimiento de mi hija con síndrome de Down haya sido una desgracia o una tristeza; al contrario, me siento bendecida. Siento que las puertas se me han abierto para ayudar a otras familias que pasaron lo mismo que yo”.

Ahora El Baúl de Pinocho brinda apoyo a las familias con niños o niñas con síndrome de Down, y entrega ayuda especial para aquellas con escasos recursos económicos. “Yo no siento que el nacimiento de mi hija con síndrome de Down haya sido una desgracia o una tristeza; al contrario, me siento bendecida. Siento que las puertas se me han abierto para ayudar a otras familias que pasaron lo mismo que yo”.

Maritza conoce muy bien esa situación de no saber cómo actuar. “Aquí los guiamos. Desde el inicio hemos tenido la asistencia de muy buenos profesionales en nutrición, pedagogía, cardiología…”. Al principio organizaban jornadas de capacitación que duraban dos días.

Pero hace dos años evolucionaron para convertirse en la feria ExpoDiversity, que tiene lugar el 1 de diciembre por el Día Internacional de las Personas con Discapacidades. “Reunimos a entidades, empresas y centros de terapia que tienen relación con las necesidades educativas especiales. E incluimos las jornadas de capacitaciones”.

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También hay que jugar

El Baúl de Pinocho también realiza actividades de responsabilidad social al organizar eventos recreativos. “Porque no todo debe ser terapias y médicos. También es necesario disfrutar y salir con la familia”. Por ello organizan encuentros por el Día Internacional del Síndrome de Down (21 de marzo), el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo (2 de abril), el Día Internacional de las Personas con Discapacidad (3 de diciembre) y el Día Universal del Niño (2 de junio). “Son fiestas gratuitas en donde les entregamos obsequios a los niños, muchos donados por las empresas o los padres”.

Tenemos usuarios desde un año y medio de edad hasta 32 años. A los mayores los capacitamos en jornadas prelaborales para que puedan conseguir un trabajo”.

Muchos de los asistentes provienen del centro de terapias o Sensory Kids Company, que El Baúl de Pinocho abrió para ofrecer terapias físicas, de lenguaje, ocupacional y pedagogía para niños, jóvenes y adultos con síndrome de Down, síndrome de Cri du chat, síndrome de Angelman, parálisis cerebral y autismo. Funcionan de 09:00 a 12:00 con once usuarios menores de edad, mientras que de 14:30 a 17:30 atienden a los jóvenes y adultos. “Tenemos usuarios desde un año y medio de edad hasta 32 años. A los mayores los capacitamos en jornadas prelaborales para que puedan conseguir un trabajo”. Y al mediodía ofrecen sesiones de estimulación temprana.

“Arianna es mi fuente de inspiración para este trabajo”, indica Maritza, quien desde el año pasado enfrenta también repentinos ataques de epilepsia de su hija. “Yo no sabía nada sobre epilepsia”. Así que tuvo que aprender.

Informes: Av. Fco. de Orellana 1007, cond. Bauhaus, oficina 1 y local 1, tel. 262-7317 .