Por Gustavo Costa von Buchwald, especial para La Revista

En las últimas décadas, Frida Kahlo se ha convertido en la artista plástica más famosa de México. Cada vez hay más salas permanentes en los museos del mundo que tienen obras de ella. En Guayaquil, Cinemamalecón presentó en febrero anterior un nuevo documental con otras facetas de esta gran artista.

“Sus inicios en el arte no fueron fortuitos porque a Frida le gustaba mandar dibujos en sus cartas desde la adolescencia y le ayudaba a su padre a retocar las fotografías”, nos dice una de sus bibliógrafas, Josefina García. Nadie podía imaginar que de una distracción ella pasaría a ser una profesional de la pintura. Sus primeras obras fueron retratos de amigos o cuates, como se los conoce en México, vecinos del barrio de Coyoacán.

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Sus inicios en el arte no fueron fortuitos porque a Frida le gustaba mandar dibujos en sus cartas desde la adolescencia y le ayudaba a su padre a retocar las fotografías”.

Su obra más antigua del retrato de Alicia Galant dice así: “Mi primera obra de arte, Frida Kahlo, 1927”. En 1928, Frida busca a Diego Rivera para que le dé una opinión de sus obras y el 29 de agosto 1929 se casa con él. Hubo mucho humor negro de este matrimonio cuando se referían a la pareja como al elefante y paloma, respectivamente. Frida Kahlo muere el 13 de julio de 1954. Sus restos fueron cremados y se encuentran en la Casa Azul.

Es indudable que existe una influencia del artista Diego Rivera en el trabajo de Frida. Su arte que evolucionó, desde retratos en la primera fase a autorretratos y finalmente a mezcla de lo primero con naturaleza muerta.

Esta imagen histórica tomada por el fotógrafo Juan Guzmán muestra que la debilitada salud de Frida no impidió que siguiera desarrollando su arte.

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Desde la visita a México por André Breton, su opinión sobre el arte de Frida fue que era expresionista y surrealista. Así nos dice Frida en el libro Frida Kahlo, me pinto a mí misma: “No sabía que yo era surrealista. Pinto porque necesito hacerlo, y siempre pinto lo que está en mi cabeza, sin consideraciones”.

La impresionante Casa Azul

Hace unos meses tuve el gusto de visitar el Museo Frida Kahlo, mejor conocido como la Casa Azul, donde ella vivió, y mi primera impresión fue que Frida, la persona y la artista, estaba viva allí.

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De la recopilación de sus cartas por parte de la escritora mexicana Esmeralda Reinoso nos dice así: “Siempre me gustó recibir amigos en mi Casa Azul, este sitio donde estrené la vida y donde cerraré los ojos por última vez. Esta fue siempre mi raíz, el sitio donde me sentí protegida, donde viví apasionadamente. Sus muros están impregnados de mis luchas, de mis amores y desamores; de la música que me gustaba, de los olores de la comida, de los trazos de pincel que dejaban sobre los lienzos todas mis penas o alegrías de mi vida”.

La antigua vivienda de la artista es actualmente el Museo Frida Kahlo. Foto: Archivo.

Pero entrando en el documental de Frida Kahlo, uno de los últimos deseos de Diego Rivera era que la Casa Azul se convierta en museo. En 1958, el museo se abre al público. Según el documental, no todas las partes de la casa fueron abiertas por pedido de Diego Rivera, por ejemplo, el vestíbulo y baños de Frida.

Para los 100 años de Frida, en el 2007, a más de 50 años de su muerte se abrieron los baños, donde se encontraron todas las fajas, muletas, prótesis de la pierna y corsés que usaba la artista, que son ahora motivo de exhibiciones en varios museos del mundo, como el Museo de Brooklyn de la ciudad de Nueva York.

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Sin duda, Frida Kahlo es uno de los personajes del siglo XX, especialmente porque su vida personal, salud tan sufrida, sus obras, correspondencia y la Casa Azul están bien documentados. El mensaje de la película es que todavía faltan por descubrirse más aspectos de esta pintora.

Última obra de Frida, bautizada como Viva la vida. Foto: Archivo.

En su última obra, titulada Viva la vida (le puso este nombre ocho días antes de morir), Frida hace una analogía con la fruta y nos deja un mensaje muy claro y profundo en el sentido de que si bien a la fruta se la corta y sufre, así nos permite contemplar su bello interior. La vida tiene muchos inconvenientes, pero de ese dolor muchas veces nace algo bueno. Para la artista Kahlo, a pesar de todos los retos que enfrentó, la vida le trajo oportunidades que ella supo aprovechar para su realización personal.