Las blusas con lazada son una prenda con un trasfondo político que ha logrado sobrevivir a través de las décadas, especialmente desde su aparición en los desfiles de las marcas pioneras en la industria de la moda como Coco Chanel y Marlene Dietrich en los años 30 y 40.

Para luego reaparecer en los años 60, 70 e inicios de los 80 y ganar espacio en los armarios de las mujeres que creían en la igualdad de género y decidieron empezar a trabajar. ¿El mayor ejemplo? Margaret Thatcher, la primera ministra del Reino Unido desde 1979 a 1990.

La blusa con ese detalle extra: un lazo del ancho de un fajín atado y enrollado para dejarse caer por la clavícula, en aquella época, era capaz de transmitir la sensación de ser seria y vanguardista. De la misma forma en que lucía la princesa Diana de Gales durante una mañana de 1985 al llevar un vestido vaporoso, en tono coral, durante su visita al Hipódromo de Ascot en el Reino Unido.

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Joyería sostenible ecuatoriana, en el New York Fashion Week

En la actualidad, dicha prenda tiene un valor más estético. Razón por la cual, de acuerdo a portales como VanityFair o Vogue en su versión norteamericana la describieron como la pieza clave y en tendencia del tercer trimestre del 2019. Esto tras apoderarse de los reportes de streetstyle (búsqueda de personas vestidas de forma llamativa en las calles).

Además de ser una prenda en boga en el ámbito internacional, estas blusas también han logrado hacerse un espacio en la realeza.

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Kate Middleton, duquesa de Cambridge y esposa del príncipe Guillermo, de acuerdo con Daily Mail, usó la prenda por tres ocasiones durante el año pasado.

La última ocasión fue en un programa especial de Navidad conducido por la presentadora de televisión inglesa Mary Berry, en el cual lució un vestido rojo diseñado por Alessandra Rich. (I)