Óscar Vela Descalzo (1968), abogado y novelista ecuatoriano.

El escritor ecuatoriano Óscar Vela  (Quito, 1968) ha trabajado sus dos últimas novelas echando mano de la Historia y también de la memoria, que opera mediante el testimonio,  y les ha incorporado un tercer y clave elemento: la ficción. No pretende ser un historiador, ni un cronista, sino un narrador que basado en hechos reales, en documentos e investigación, construye un texto ficcional, en el que dota a los protagonistas de  subjetividad, de sentimientos y emociones. De este modo llena con literatura lo que le es esquivo a la Historia. Lo que realiza Vela es una suerte de novela histórica. Pero si bien el marco de estas narraciones es la Historia real, así, con mayúscula, lo encomiable es la posibilidad de acercarnos a los avatares íntimos, ficcionales, de los personajes.

De esta manera pudo  intuir o imaginar cómo era la vida de este ciudadano ecuatoriano en Suecia,  al que por la ayuda que brindó a los judíos durante el Holocausto, se le otorgó en 2011, en Jerusalén, el reconocimiento post mortem ‘Justo entre las naciones’, que fue recibido por sus familiares, entre ellos su hijo Lennart, personaje importante en la novela Ahora que cae la niebla".

En 2017 publicó con el sello Alfaguara la novela Náufragos en tierra, una obra de 269 páginas basada en la vida de César Gómez Hernández, un revolucionario cubano que  participó, junto con Fidel Castro, en la Revolución Cubana, y que luego se apartó de ella, cuando se dio cuenta de que esta tomaba un rumbo distinto a los ideales que la promovieron. El pasado agosto publicó, también con el sello Alfaguara, la novela Ahora que cae la niebla, libro de 251 páginas que tenía previsto presentarse ayer, en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guayaquil.  En esta obra devela la hazaña del diplomático ecuatoriano Manuel Antonio Muñoz Borrero, un ciudadano cuencano, cónsul de Ecuador en Estocolmo, quien ayudó a salvar la vida de muchas familias judías durante la Segunda Guerra Mundial,  gracias al otorgamiento de pasaportes ecuatorianos.

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Pero si bien ambas novelas están basadas en hechos reales, la forma de encararlas es distinta. Para Náufragos en tierra contó como materia prima con el testimonio de César Gómez Hernández, el protagonista de la historia, a quien Vela  entrevistó. Para Ahora que cae la niebla no contó con ese aporte, puesto que Muñoz Borrero murió en 1976. Se basa, por ello, en testimonios de terceros, es decir, en relatos de gente que conoció al diplomático (familiares, amigos) y en las investigaciones del propio autor y de otras personas.  Vela viajó incluso a Estocolmo, a recorrer  las calles y los lugares por los que a lo mejor  transitó  Muñoz  Borrero. De esta manera pudo  intuir o imaginar cómo era la vida de este ciudadano ecuatoriano en Suecia,  al que por la ayuda que brindó a los judíos durante el Holocausto, se le otorgó en 2011, en Jerusalén, el reconocimiento post mortem ‘Justo entre las naciones’, que fue recibido por sus familiares, entre ellos su hijo Lennart, personaje importante en la novela Ahora que cae la niebla.

Vela trabaja ambos libros por capítulos, con fechas, y nos va situando en cada época que narra.  Así, a la par que nos adentramos en las historias pequeñas, íntimas, cotidianas, de los personajes, conocemos el marco histórico real que les tocó vivir. De la lectura de Ahora que cae la niebla, por ejemplo, me queda este interrogante: ¿Qué posición tuvo realmente el Ecuador durante la Segunda Guerra Mundial y cómo miraba entonces a Adolfo Hitler?  (O)