Lloramos cuando estamos tristes, cuando nos alegramos, nos impresiona algo, o simplemente por amor. Nuestro llanto se basa en las emociones. Detrás de una lágrima hay más de lo que sospechamos.

Hay gente que llora con mucha facilidad: las lágrimas corren por las mejillas hasta que se enrojecen los ojos. Todos tienen su propia forma de llorar, a veces acompañados de sollozos, espasmos cortos y, otras, de manera tranquila y silenciosa.

Lágrimas con sal, agua y otras sustancias

La glándula lagrimal produce las lágrimas. Se halla entre el globo ocular y el párpado. La lágrima es como una película que se extiende sobre el ojo. Si contiene demasiado líquido, entonces se desborda y puede llegar hasta la barbilla, independientemente del motivo que haya producido esa cascada líquida.

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El componente principal de las lágrimas es el agua, además de proteínas, enzimas y sustancias que contienen nitrógeno. El nueve por ciento de las lágrimas está formado por sal. Siempre saben a sal, pero lo interesante es que la composición difiere dependiendo de si lloramos por tristeza, amor o alegría.

Lágrimas basales

Nuestro cuerpo produce lágrimas constantemente. Si no fuera así, nuestros ojos se secarían. Esto lo saben muchas personas que entran a un lugar seco, al que los ojos reaccionan con una catarata de lágrimas. Los lagrimales se encargan de que nuestros ojos estén siempre húmedos. Además, impiden que entren cuerpos extraños, y con las lágrimas, los expulsan. Es como si fueran parabrisas. La secreción contiene incluso sutancias que eliminan los posibles gérmenes. Esas lágrimas se llaman basales. Es decir, que no solo producimos lágrimas para dar rienda suelta a nuestros sentimientos.

Lágrimas como acto reflejo

Se dice que los actores se colocan una cebolla cerca de sus ojos cuando tienen que representar una escena triste. La explicación científica es sencilla: una cebolla recién cortada libera aminoácidos sulfúricos que hacen llorar a la gente.

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Pero si no queremos llorar cuando cortamos cebollas, lo mejor es ponerse unas gafas de buceo, partirlas en rodajas bajo el agua, que haya corriente de aire cuando las preparemos o pedirle a alguien que tenga lentillas que haga esa tarea.

Lágrimas emocionales

Las lágrimas que mejor conocemos son las producidas por la alegría y la tristeza. Una parte del cerebro se encarga de las emociones: el llamado sistema límbico, sobre todo el hipotálamo. El sistema límbico está conectado con el sistema nervioso vegetativo, que no podemos controlar. Las emociones provocan la reacción de dicho sistema nervioso, que a su vez activa el órgano que produce las lágrimas.

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Cuando los ojos tienen escasez de lágrimas por un desequilibrio, causan molestias.

Es decir que las lágrimas causadas por sentimientos se producen cuando las emociones fuertes estimulan el sistema vegetativo. Este tipo de lágrimas contiene más proteínas que las originadas por un acto reflejo. A la ciencia también le interesan las lágrimas. Según un estudio realizado por un instituto de oftalmología, el flujo de lágrimas dura en las mujeres alrededor de seis minutos; en los hombres, entre y dos cuatro, hasta que la fase de llanto fuerte desaparece.

Lágrimas bajo la lupa

La fotográfa estadounidense Rose-Lynn Fisherhat tomó fotos de lágrimas bajo un microscopio de luz, donde se amplía la estructura entre 100 y 400 veces su tamaño inicial. Ella pudo comprobar que no todas son iguales, ya que su dimensión depende del motivo que nos impulse a llorar.

¿Lloran los animales?

La ciencia no se ha puesto de acuerdo aún en si los animales pueden demostrar sentimientos. Algunos investigadores aseguran que sí. Y tomamos como ejemplo a los elefantes, que lloran cuando muere un miembro de su manada.

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Sin embargo, la mayoría de los investigadores es de la opinión de que el ser humano es el único que puede llorar. Entonces, ¿existen o no las lágrimas de cocodrilo? Los animales no lloran aunque las emociones los invadan. Y respondiendo a la pregunta: sí, los cocodrilos tienen un tercer párpado, donde se junta mucha secreción, que hace que este se desborde. Por eso se suele decir que una persona que llora "lágrimas de cocodrilo" no lo hace de verdad, sino que finge. (I)