No tienen ningún beneficio probado y, además, pueden ser peligrosos.

La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) advirtió este martes de los riesgos que suponen estos tratamientos que se han puesto de moda en Estados Unidos y que pueden costar entre US$8.000 y US$12.000.

El plasma es la porción líquida de la sangre que contiene los factores que permiten su coagulación, anticuerpos y otras proteínas, pero no las células blancas ni rojas.

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La "terapia" se practica como una transfusión normal, por vía intravenosa, en la que el paciente recibe el plasma de un donante, generalmente más joven, bajo la creencia de que puede beneficiarse de sus plaquetas enriquecidas.

El plasma es salado, arenoso y de color amarillento traslúcido.

Antes de administrase el plasma en el receptor, la sangre pasa por un proceso de desinfección que incluye un centrifugado y distintos cambios de temperatura para separar los componentes del plasma de los del resto de la sangre.

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Los riesgos

Estas terapias se anuncian para tratar enfermedades como el alzhéimer, el párkinson, la esclerosis múltiple, el estrés post-traumático y la pérdida de memoria, pero la FDA ha advertido en su comunicado de que no hay pruebas que sostengan su eficacia.

"El plasma no está aprobado por la FDA para tratar afecciones como el envejecimiento normal o la pérdida de memoria. Además, no se han realizado estudios fehacientes que muestren el beneficio clínico de la administración de plasma de donantes jóvenes y existen riesgos de seguridad asociados".

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Y es que, dice la agencia, si existen algunos beneficios, éstos son mucho menores que los peligros que entraña. Entre los más destacados cita:

  • Infecciones: las dosis de plasma que se administran son elevadas y aunque se analiza para detectar agentes infecciosos, siguen existiendo riesgos de transmisión de bacterias.  
  • Alergias: las transfusiones de plasma están muchas veces relacionadas con reacciones alérgicas graves como la anafilaxis, que puede provocar urticaria y bloquear las vías respiratorias.

Las personas con alguna cardiopatía preexistente pueden tener más complicaciones al someterse a este tratamiento.

  • Problemas respiratorios: ocasionalmente, la transfusión de plasma pueden causar lesiones pulmonares agudas.  
  • Complicaciones cardiovasculares: a veces, una transfusión puede causar una sobrecarga del sistema circulatorio, haciendo que el cuerpo se inflame y dificultando al respiración. Las personas con alguna cardiopatía preexistente tienen más probabilidades de experimentar complicaciones.

Regulación

Por último, la agencia aclara que estos tratamientos con plasma están pensados para pacientes con afecciones muy específicas que acuden a centros que cumplen con las regulaciones de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos y supervisados por un médico.

Todos los demás representan un riesgo, concluyen.

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Los tratamientos con plasma llevan unos años de moda en Estados Unidos y desde 2015 empezaron a aparecer en América Latina, donde el más frecuente es el tratamiento con Plasma Rico en Plaquetas (PRP), que supone la autotransfusión de tu propio plasma tratado y despojado de agentes infecciosos.

Ya hace tres años, la Asociación Argentina de Hemoterapia e Inmunohematología lanzó una advertencia por los riesgos de infección que suponen este tipo de terapias. (I)