Es un plato con el que crecimos y frecuentemente se sirve en nuestras mesas, con ciertas variaciones en la receta, pero al final con los mismos ingredientes, carne apanada con puré de papas y arroz. Sencillo de preparar, con la cantidad de proteína y carbohidratos para alimentarnos, fue siempre una buena salida de nuestras madres cuando querían que nos comiéramos todo.

En Argentina a esta receta de carne o pollo envuelto en pan rallado la llaman milanesa y es el plato más popular de ese país, lo sirven con papas fritas, con puré, con ensalada, en un sánduche, con fideos, con huevos fritos, con arroz o sola. Para los argentinos esta preparación es parte de una tradición que la comen hasta tres veces por semana, superando en consumo inclusive a las parrilladas.

Este no es un invento del país sudamericano, la rivalidad acerca del origen se la disputan entre dos ciudades italianas: Milán y Viena. Unos dicen que la cotoletta alla milanese, elaborada con hueso y frita con mantequilla, es como nace la receta. Otros piensan que los escalopes vieneses son lo más parecido al plato que hoy se come en prácticamente todo el mundo.

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En Guayaquil al inicio de la Víctor Emilio Estrada (Urdesa), en la esquina con Circunvalación se encuentra El Club de las Milas, un restaurante que abrió sus puertas hace pocas semanas y que copia la idea de la gigante cadena El Club de las Milanesas tiene decenas de locales en algunas ciudades argentinas. La versión ecuatoriana de estos especialistas en carnes apanadas tiene un local con decoración urbana, en donde las tuberías de las instalaciones eléctricas y ductos de aires acondicionados quedan al descubierto, todo mezclado con muebles de madera, sillas metálicas y lámparas modernas que dan un toque contemporáneo al lugar.

Las entradas en este peculiar menú son todas con papas fritas, solas o con algunos ingredientes, así que las pedimos al estilo ranch ($ 6,50), con queso cheddar derretido, tocino y dos huevos fritos. Es una gran porción que puede ser compartida entre varios, en la que el tocino casi como una galleta da un toque supercrocante al plato. La lista de alternativas para pedir las milanesas es extensa, tienen preparaciones en ensaladas, sánduches, hamburguesas y como platos principales, pueden ser de carne o pollo y en tamaño XL o M. Las porciones son bien grandes y vienen acompañadas de guarniciones que se eligen entre arroz con choclo, ensalada capresse, puré y por supuesto papas fritas.

Optamos por una mediana Patagónica ($9,70) que viene con queso mozarela, cebollas caramelizadas y gratinada con queso provolone, acompañada de arroz con choclo. La milanesa estaba de acuerdo a como debe ser la receta, frita hasta que la cobertura de pan quede crujiente, pero que en el interior la carne mantenga sus jugos. También probamos la Mac & Cheese ($ 9,90), esta vez de pollo, aunque igual en tamaño mediano y acompañada de más papas fritas. La mezcla de la pasta con queso cheddar lo convierte en un plato tremendamente contundente, hay que llegar con mucha hambre para poder terminarlo.

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Fue una gran comilona no apta para los dietéticos y en donde seguro nosotros recuperamos el par de libras que creíamos haber perdido en el primer mes del año. El Club de las Milas es un agradable lugar para el encuentro de jóvenes, en donde se puede disfrutar, además de sus platos, de económicos cocteles.

savrozonn@gmail.com