Era martes y nos dio ese típico antojo de los guayaquileños por unos mariscos, así que visitamos A La Mar en la Plaza Orellana. Al llegar nos sorprendieron gratamente dos cosas, encontrar el salón con mucha clientela, solo quedaban un par de mesas libres, y que pese a la cantidad de platos servidos y la cocina trabajando a full, no había una invasión de aromas a mariscos que molesta porque se queda impregnada en la ropa.

Fuimos atendidos rápidamente por Daniel, un mesero con muchos años de experiencia en el oficio, quien ha trabajado en el local desde su inicio en el 2014 y conoce perfectamente no solo el menú, sino el perfil de los clientes, lo que le permite comprender lo que buscan y hacer sugerencias. Es difícil encontrar ese nivel en otros lugares.

Seleccionar los platos del menú es una tarea que abre el apetito, la carta tiene unas muy bien logradas fotografías impresas a gran tamaño con la descripción de las preparaciones. Decidimos hacer una degustación para saciar el antojo, así que siguiendo la recomendación de Daniel pedimos el piqueo A La Mar y el banquete de cangrejo.

Publicidad

La llegada de nuestro pedido a la mesa fue algo demorado, pero lo que más nos llamó la atención es que el piqueo A la Mar debía traer arroz con mariscos, ceviche de corvina, pulpito al olivo, crocante de mariscos y canastas de patacones con camarones. Pero el pulpo fue reemplazado por unos camarones con tomate y pimentón, y el ceviche incluía tiras de calamar gigante y camarón.

Debemos reconocer que aunque no fue lo que esperábamos, la salsa atomatada y con un fondo de pimiento ahumado que acompañaba los camarones estuvo muy bien. No así el ceviche que no tenía una personalidad definida, era como una mezcla entre peruano y ecuatoriano que no cumplió las expectativas.

Tampoco fue acertada la apanadura del crocante de mariscos, estaba pasada de sal y era demasiado gruesa, lo que no dejaba disfrutar de la textura de los camarones y calamares, que nuevamente se repitieron en el piqueo. Otra falla, aunque parezca mentira (porque son sencillos de elaborar) fueron los patacones, la calidad del verde no estuvo a la altura de los camarones con coco. Lo más destacado de este piqueo fue el arroz con mariscos, de muy buen sabor, y este sí con pulpo y almejas además de los camarones y tiras de calamar gigante.

Publicidad

El otro plato sí fue un verdadero banquete de cangrejo, traía una ensalada con ingredientes bien balanceados, coronada con una uña de buen tamaño y sabor. El arroz no se quedó atrás y también estuvo a la altura dejando que todos los ingredientes participaran de cada bocado. Finalmente el carapacho fue una novedad, en donde el dulce y el salado se encuentran, pero cada uno por su lado. Una preparación con un toque de cacao que envuelve de manera sutil y acertada la carne del cangrejo.

Las porciones de los platos son bastante generosas y fácilmente se pueden compartir, lo que hace que los precios sean justos para la calidad de las preparaciones, aunque hay que tener en cuenta que en el menú solo incluyen el IVA y no el servicio o propina. Nuestra factura con dos cervezas y dos botellas de agua fue de $ 62 más un justo reconocimiento del 15% ($ 10) de lo consumido al mesero, que es lo mínimo que debemos dejar cuando un servicio fue realizado correctamente. (O)

Publicidad

savrozonn@gmail.com