Junto al cerramiento que colinda con el hospital de Monte Sinaí, en el noroeste de Guayaquil, varios grupos de personas aguardaban de pie la salida de pacientes que habían ingresado por diversas atenciones a dicho centro. El acceso era controlado por guardias de seguridad que dirigían a los pacientes hacia las salas de espera del sanatorio.
Entre las personas que aguardaban afuera estaba Ángel Pincay, morador de Flor de Bastión, quien había llevado a su hija de 7 años cerca de las 15:00 del jueves 24.
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Desde la noche anterior, la niña comenzó a padecer molestias como fiebre, dolor de cabeza y decaimiento, y seguía así pese a que sus padres le automedicaron paracetamol en su hogar. La tarde del jueves, los progenitores decidieron llevarla a ese hospital por el temor de que su condición se agrave.
Por su teléfono celular, él se contactaba con su esposa para conocer si ya estaba próxima a ser atendida la menor, ya que llevaba más de dos horas esperando.
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Mientras seguía la espera, él se ubicaba en un espacio de tierra cercano al cerramiento y luego por instantes se sentaba en su motocicleta parqueada en una vía aledaña, frente al hospital. Ahí, con resignación, lamentaba la espera de su hija por atención. “Mi señora me dijo que salieron a verla y que están llenos adentro y que debía seguir esperando”, dijo.
Una allegada que lo acompañaba decía que esa situación suele replicarse con otros conocidos en ese hospital. “Mis familiares suelen venir, a veces para que los atienden están todo el día, la otra vez mi sobrina llegó a las 09:00 y salió a las 17:00 por su niña que estaba enferma”, comentó la allegada.
Asimismo, otros pacientes lamentaron ese tiempo de estadía para dar a conocer sus dolencias.
En una de las puertas, Alexandra Vera, que padece de diabetes, caminaba lentamente en compañía de una familiar. Ella decía tener varios días con unas punzadas en la espalda y malestar en las piernas que le impedían dormir, por lo que había acudido a esa unidad hospitalaria.
“Vine por una emergencia, pero me dijeron que la emergencia no me atienden aquí y debo ir a un subcentro, me vi en la necesidad de venir para que me manden algo y estando ahí a un asiento después de toda la fila que hice, para que salga la doctora y me pregunte a qué vino y me dice que debo ir a un subcentro porque esa emergencia no la atienden aquí”, dijo adolorida la mujer, mientras se movilizaba hacia la avenida principal luego de dos horas de espera.
Ella lamentó que a esa hora, siendo las 17:15, debió esperar todo ese tiempo para que cuando le quedaba poco le indiquen que su malestar no era atendido allí, sino en un centro de salud, que ya estaba cerrado. “No tengo plata para ir a un particular, si no ya estuviera por allá, créame”, dijo la moradora de Monte Sinaí, y consideró que debería haber una mejor comunicación desde el ingreso y salas de espera para evitar la pérdida de tiempo.
Otra usuaria, Teresa, de 71 años, acudió a las 11:00 por el área de emergencia ante una protuberancia que le salió en la piel. Apenas a las 18:00 ya se retiraba del sanatorio luego de ser revisada y recibir completas sus medicinas de ampicilina e ibuprofeno. Una familiar que la acompañaba pidió que se revise la situación por el tiempo de espera.
Otros dos pacientes que acudieron por exámenes indicaron que no tuvieron contratiempos y consideraron buena la atención. Una de ellas fue Nadia, quien llevó a su hija Juana a tomarse un examen de biometría. Toda la atención le tomó una hora aproximadamente. “Nos atendieron bien”, dijo ella. A su vez, otra paciente mencionó que tenía una cita para realizarse una tomografía, que le tomó quince minutos.
Katherine, una madre del mismo sector, se retiraba del sitio con un gotero que le debía suministrar a su niña Geraldine, de 4 años, que padecía un cuadro gripal, con alta mucosidad. “Mucha espera”, lamentó la madre joven.
Al mediodía del viernes 25 se consultó a través de correo electrónico a la coordinación zonal 8 del Ministerio de Salud sobre los protocolos de atención a los pacientes y el tiempo de espera en ese sanatorio.
La mañana de este lunes 28, la coordinación zonal 8 del Ministerio de Salud informó que el hospital de Monte Sinaí, considerado un establecimiento de segundo nivel de atención y cuarto de complejidad, así como el resto de hospitales de la Cartera de Estados, opera en el área de emergencias con un sistema llamado triaje de Manchester para “clasificar y priorizar a los pacientes acorde al riesgo clínico”.
Ese triaje se estructura en cinco niveles de prioridad a partir del grado de urgencia que van desde el tono rojo (atención inmediata) hasta la celeste con un periodo máximo de espera de 240 minutos. En emergencias del sanatorio se han ofrecido 21.046 atenciones en el 2020, mientras que en el 2021 subió a 31.150.
Asimismo, la entidad recalcó que todos los pacientes que arriban a emergencias del hospital Monte Sinaí después de las 16:00 o fines de semana son atendidos por los médicos que se ubica en el triaje.
Según el caso, los galenos pueden darles las recomendaciones que soliciten cita en un centro de salud más cercano a su vivienda por el nivel de patología o si el paciente corresponde al segundo nivel de atención se hará un pedido de interconsulta para que sea atendido en el mismo hospital, a través de consulta externa. Los centros de salud tipo C atienden las 24 horas de lunes a domingo, acotó la Cartera de Estado.(I)