Daniela Altamirano se dirige varias veces por día al hospital Roberto Gilbert para verificar el estado de salud de su bebé recién nacida; le da de lactar cada tres horas y luego busca un momento de descanso en el albergue habilitado por la Junta de Beneficencia de Guayaquil a pocos metros del sanatorio, en la cdla. La Atarazana, en el norte de la urbe.

El mes pasado, Altamirano, en compañía de su esposo, llegó de Quito a Guayaquil derivada del hospital Carlos Andrade Marín para que, una vez nacida su bebé, se le proporcione el tratamiento adecuado por una cardiopatía en el hospital de niños Roberto Gilbert, adonde llegó luego de nacida en el Alfredo Paulson, también de la Junta.

Hasta esta semana, la mujer sigue recibiendo alojamiento y alimentación gratuita en el albergue, a la espera de la recuperación de su recién nacida, mientras que su pareja estuvo varios días y volvió a sus actividades laborales en la capital.

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Altamirano, de 30 años, es una de las 70 personas que se alojan actualmente en el albergue temporal habilitado desde el mes anterior, bajo la administración de la Junta de Beneficencia.

El albergue funcionaba antes a cargo de Asociación de Voluntariado Hospitalario (Asvolh), pero debió cerrar en época de pandemia. Tras dos años de paralización, la entidad porteña sin fines de lucro asumió la administración del espacio y volvió a abrir sus servicios para las familias necesitadas, principalmente de otros cantones e incluso de zonas alejadas de Guayaquil.

El sitio tiene capacidad para 100 usuarios. En total tiene 28 espacios —distribuidos en literas— para varones y 72 destinados a mujeres.

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“Para cualquier persona esto es un palacio porque, aparte de que es una ayuda, tienes donde dormir, por lo menos estirarte, algo cómodo, donde bañarte; de la comida no me puedo quejar. Todas (las trabajadoras) son muy carismáticas. Para nosotros que venimos de otra provincia es una ayuda tremenda, aparte de que nos queda a un paso del hospital”, dijo Altamirano.

Ella recordó que, los primeros días de hospitalización de su bebé, con su pareja pernoctaba en unas bancas situadas en las afueras del hospital. Personal de trabajo social les recomendó asistir al albergue.

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Asimismo, Mishelle Toarez y su esposo, Ronald Manzaba, ambos habitantes de Posorja, son parte de los usuarios del espacio de alojamiento temporal. Ellos también deben ir para estar pendientes de su niño de ocho meses, que permanece en el hospital del niño, por un virus.

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El miércoles 6, en medio del ambiente frío que se vive estos días en el Puerto Principal, Manzaba se puso a llorar por no tener suficientes recursos para poder buscar un sitio donde dormir, mientras en el interior su esposa, que tiene diez semanas de embarazada, esperaba noticias de su bebé.

Allí, un custodio de la zona le recomendó al hombre el recientemente abierto albergue, e inmediatamente acudió al sitio para poder ser beneficiado. “Me llamó: que estaba bien, feliz, y que todo estaba limpiecito”, narró la mujer, quien se muestra agradecida por las puertas abiertas que tuvieron en el lugar.

Albergue temporal para familiares de pacientes hospitalizados en hospitales de la Junta se ubica en la cdla. La Atarazana, en el norte de Guayaquil. Está a pocos metros de los hospitales Robert Gilbert y Alfredo Paulson. Foto: El Universo

Ella, que lleva una amenaza de aborto por el embarazo, antes descansaba en una silla dentro del hospital, y ahora en el albergue puede recostarse hasta la noche, en que busca estar cerca de su bebé de ocho meses en el hospital. “Aquí tenemos la comodidad de bañarnos y descansar”, dijo.

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Ambas familias consideraron importante el ahorro que se genera por los días de acogida en el albergue de la Junta. Se convierte aquello en un alivio en medio de la tensión que permanece en ellos por estar al tanto del progreso en la salud de sus familiares hospitalizados.

Susana Morán, gerente de Hogares y Asistencia Social de la Junta de Beneficencia de Guayaquil, contó que este sitio se abrió recientemente con la intención de apoyar a familias de pacientes ingresados en los hospitales de la Junta: Roberto Gilbert, Instituto de Neurociencias, Luis Vernaza y Alfredo Paulson.

“Tenemos muchas personas que vienen de provincias, cantones aledaños, incluso de Quito, que son derivadas a nuestros hospitales y requieren larga estancia aquí. Esta es una oportunidad en la que se les da hospedaje y la alimentación inclusive”, comentó la gerente.

La estancia en el sitio, que además tiene espacios de duchas, zonas de descanso, servicios higiénicos, está determinada por el periodo de recuperación del paciente en las unidades hospitalarias. Por lo regular, el promedio de alojamiento es de una semana, en su mayoría de familiares de pacientes del Roberto Gilbert y Alfredo Paulson, principalmente procedentes de cantones de Guayas, Los Ríos y del interior del país.

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“Compartir con otros les hace muy bien; es una oportunidad de apoyarse mutuamente. Les damos la mano en este descanso necesario, que es para recuperar sus energías y puedan acompañar en ese proceso de recuperación de manera cercana a sus familias”, dijo ella.

Para acudir a este sitio, los familiares de los pacientes deben presentar su cédula de identidad y cumplir con las medidas de bioseguridad. Previamente, ellos deben registrarse en el área de Trabajo Social de cada hospital de la Junta.

En el caso del hospital Luis Vernaza, donde suelen ubicarse personas en las inmediaciones, se analiza la logística de un servicio de transporte que estaría operando en quince días para que familiares de pacientes puedan dirigirse al albergue a descansar y al día siguiente puedan retornar a seguir al pendiente del estado de los pacientes, indicó Morán.

En cada centro, el personal de trabajo social también se encarga de contactar con personas que tienen necesidad del albergue. (I)