Elena Rodríguez, médica psiquiatra y jefa de Consulta Externa del Instituto de Neurociencias de la Junta de Beneficencia de Guayaquil, considera que el país no está preparado para asumir una normativa que autorice la tenencia y porte de armas.

Entre los requisitos para obtener el permiso para portar armas de fuego constan que los interesados tengan al menos 25 años de edad, que dispongan de un certificado de prueba psicológica emitido por el Ministerio de Salud Pública (MSP), no tener sentencias por comisión de un delito, obtener un certificado de destreza y uso del arma emitido por el Ministerio de Defensa, entre otros.

Aquello, de acuerdo con la reforma al artículo 84 del Reglamento a la Ley sobre Armas, Municiones y Explosivos, mediante el Decreto Ejecutivo 707 (1 de abril de 2023).

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Respecto a la prueba psicológica y de otra índole, Rodríguez cree que cada cierto tiempo se deben realizar evaluaciones de seguimiento a quienes se autorice a portar armas.

En medio de un escenario de auge delincuencial y hechos criminales en diversos cantones del país, entre esos Guayaquil, el sábado 1 de abril, el presidente de la República, Guillermo Lasso, dio a conocer medidas urgentes para contrarrestar la situación.

Entre esas constan la autorización de la tenencia y porte de armas de uso civil para defensa personal de acuerdo con los requisitos de ley y reglamentos, el uso de gas pimienta para defensa personal y la declaratoria del estado de excepción en la Zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón), así como en las provincias de Santa Elena y Los Ríos.

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Desde su área de especialización, ¿cómo usted analiza este tema de que se dé un libre porte y tenencia de armas, bajo el cumplimiento de ciertos requisitos?

Desde el punto de vista técnico de médico-psiquiatra creo que debe ser analizado y manejado con mucha cautela, porque como hay un dicho ‘caras vemos, enfermedades psiquiátricas no sabemos’. Hay personas que pueden fingir en el momento de una evaluación y salir bien, pero en realidad tienen alguna patología de personalidad, impulsividad, psicopatologías, sociopatías; muchas cosas que hay en este diario vivir. Entonces, pienso que para portar armas se debe hacer una muy buena evaluación psiquiátrica, no de una consulta, sino de algunas atenciones, de pruebas psicométricas, de realizar un examen con electroencefalograma para captar una organicidad, luego de lo cual se pueda dar un informe sugiriendo que la persona pueda o no pueda estar en sus cabales, porque no nos corresponde a los psiquiatras decir puede portar armas o no portar armas. Yo le puedo decir a usted ‘mire, he analizado, hemos conversado y efectivamente no hay ninguna patología de personalidad’, hasta ahí llego yo, el resto lo hacen las autoridades competentes.

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Unas 250.000 armas legales hay en Ecuador, la mayoría en uso de fuerzas de seguridad estatales

En esta decisión del Gobierno hay una serie de requisitos, como ser mayor de edad, no registrar consumo de drogas y un certificado médico, ¿qué parámetros debería cumplir esa evaluación médica?

La entrevista psicológica, la entrevista psiquiátrica, el psiquiatra tiene un buen punto de vista dentro de lo que dijimos de la organicidad, el funcionamiento cerebral; el psicólogo más a su personalidad. Debería ser un estudio completo, apoyado, como le digo, por pruebas psicométricas, que son los perfiles de personalidad, en aras de descartar algún tipo de patología, dos o tres consultas, conversar con el paciente, saber para qué la quiere, por qué la necesita, porque en estos momentos estamos en una efervescencia, queremos desquitarnos con el mundo por todo lo que está pasando en el país. Entonces, estamos muy ansiosos, muy predispuestos, pero luego habrá personas que, supóngase, a alguien le dan permiso y llega el momento, le dispara a alguien ¿y luego?, todo el trauma psicológico, todo el problema psicológico que se le viene encima y aparte el legal.

Como que hay una incongruencia, le da permiso para que el pueblo porte armas pero no han modificado las leyes, entonces, si yo cojo un arma, me defiendo y le disparo a alguien, ¿quién se va preso? Debería haber más congruencia con lo que acaban de permitir, modificar algo de las leyes, de tal manera que se demuestre que fue en legítima defensa. Nuestro pueblo no tiene una educación como para esto.

¿Considera que un consumidor puede dejar de consumir para pasar la prueba, logre el certificado y después siga en consumo? ¿Cree que deberían hacerse cada cierto tiempo pruebas?

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Deberían hacerse las pruebas seguidas. Los guardias de seguridad, policías, todos los que tienen que ver con armamento están sometidos a un estrés muy fuerte. De pronto, nosotros los psiquiatras decimos ‘al momento, hoy, una de la tarde del 4 de abril, veo al fulano de tal y se encuentra orientado’, todo lo típico, pero no sé si al salir le pasa algo y ya venía con un enojo y de pronto hace una crisis de irritabilidad severa. Entonces, no podemos certificar al 100 % las cosas, mientras yo no tenga conocimiento del paciente, de haber conversado dos o tres veces con el paciente, de verlo en distintas situaciones, de explorar bien la personalidad, debería especificar bien eso en un certificado mental, no es de un día, no es con una consulta. Como usted lo acaba de decir, el consumidor de droga deja de consumir un día y entonces al día siguiente estoy bien, pero sigo siendo consumidor.

La Escuela de estudiantes de Psicología mencionaba que hay gente en estado de paranoia, y al tener armas va a correrse un riesgo mayor.

Lo que le dije. De pronto veo que alguien se me acerca, resulta que no es, pero como yo ya estoy predispuesta, frustrada o enojada por todo lo que pasa, creo que con pegarle un tiro a alguien voy a salvar a la patria. Ahí viene el criterio, el autoconocimiento, la madurez emocional de una persona para portar un arma y saber que la portará y usará en un caso de estricta necesidad, pero así porque sí darle chance a que toda la población saque un certificado o permiso de portar armas me parece que no. Soy partidaria de que el pueblo debe tener educación, mientras no tengamos educación no podemos, porque estaríamos más o menos peleando como en el oeste, los buenos y los malos.

Qué dice específicamente el decreto sobre el porte y tenencia de armas

¿Qué aspectos en educación podrían comenzarse a hacer?

A través de nuestro trabajo aquí nos damos cuenta de que los muchachos no saben lo que es ética, no saben lo que es un principio moral, tener un límite, tener responsabilidades. El hogar se olvidó de enseñarles eso a los muchachos, creen que son dueños de la verdad, la niñez y adolescencia creen que ellos con una pataleta lo pueden lograr todo, no les han enseñado a tener el límite de respeto. Vivimos en una generación distinta, pero el respeto es básico, pues hay que respetar al padre, maestro, al profesional que te está ayudando, pero ahora no... eso es lo que le falta a nuestro pueblo: educación.

Usted menciona que considera que la sociedad no está preparada, además de la falta de educación, ¿por qué cree que no se puede dejar esta “libertad”?, pues igual se necesitan permisos para tener armas.

Aquí no se trata de primer o tercer mundo, porque ve que en Estados Unidos la gente comete más locuras con las armas. Aquí se trata de que la gente tiene que tener conciencia, ¿usted sería capaz de sacar un permiso, coger un arma y pegarle un tiro al que considera es un ladrón? (No) ni yo tampoco. Por eso, todavía nosotros somos un Estado muy paternalista, donde creemos que todo tiene que ser gratis, donde creemos que todo tenemos que darle a la gente, no dejamos que el pueblo entienda que tiene que trabajar, que tiene que cubrir sus necesidades, que no por tener un título y un sueldo no tenemos necesidades.

Hay que sudarla, trabajar usted mismo y entonces ahí usted defenderá el valor de las cosas. Pero mientras sigamos dando cosas gratis, ya pues, me saco un arma, y después apelo a que después no sabía lo que hacía o no tenía conciencia de lo que hacía. Yo, particularmente, diría que no estoy de acuerdo con esto, como psiquiatra le digo que hay que verlo desde un punto de vista muy neutral y analítico para proceder.

‘Cuando una persona tiene acceso a un arma puede sentirse más poderosa y confiada para actuar de manera violenta’, dice gremio de estudiantes de Psicología

Es decir, ¿debería ser un proceso largo, como un curso?

Exacto, debe tener un protocolo de consultas, exámenes, de tiempos en los que luego emita un informe y decir que fulano de tal a estas alturas no presenta patología de personalidad. El que le den el arma debe depender de la instancia militar, porque ellos deben hacer otras pruebas y saber si funciona o no.

Y como decía hace un rato hacer un seguimiento o evaluaciones periódicas, ¿con qué periodicidad?

Por lo menos cada seis meses, porque usted y yo conversamos en estos momentos y usted está perfecto, pero no sé lo que pase cuando salga a la esquina. De aquí a seis meses le pasó algo a su familiar, a usted, la situación se tornó más crítica, no sé si usted entra en un cuadro de estrés o ansiedad, y todas esas cosas puedan incidir.

Con base en su especialidad, ¿qué cambios negativos se pueden dar luego que una persona consigue un permiso, quizás ser más violenta o agresiva?

Seguro, puede ser más violenta porque se siente respaldada por el arma o puede sentirse si usted tiene una patología de personalidad de que es omnipotente, porque lo consigue y engaña y conseguí el permiso y como se dice ‘tengo el sartén por el mango’. Eso puede causar un problema, no creo que la persona se vuelva tímida, van a salir sus instintos de autodefensa o ser el paladín de la justicia: si a mi vecino le están haciendo algo, yo tengo el arma y te voy a defender. Esa situación podemos estar potencializando.

¿Puede darse un escenario de generar gente más violenta o de violencia?

Seguro que sí. No debe ser fácil, debe hacerse un protocolo, un estudio de la personalidad, así como cuando van a ser policías o vigilantes.

De repente a una persona se le da su arma, cumple sus cursos, ¿cómo se puede garantizar que esta mantenga una estabilidad emocional ante una situación adversa, como un asalto?

Nadie le puede dar esa garantía, porque durante su tiempo está tranquilo, nunca ha tenido una catástrofe familiar, una situación de estrés, pero no sabemos lo que puede pasar y garantizar que la persona estará al 100 % en su estado normal, es difícil, nadie. No se puede. Hay gente que dice que era buena gente y tranquila y de repente se volvió un monstruo, o que era muy chévere y en el momento del estrés o amenaza se quedó (en shock), no actuó. (I)