Velas encendidas con carteles y pancartas alusivas a varias luchas sociales como la defensa de la naturaleza, la erradicación de la violencia de género y el cese del conflicto israelí-palestino se expusieron al pie de una tarima en la plaza Rocafuerte, en el centro de Guayaquil.
Hasta ese sitio llegaron más de un centenar de personas que marcharon esta mañana a lo largo de la av. 9 de Octubre, desde Lorenzo de Garaycoa hasta Pedro Carbo.
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Luego de ese recorrido, que estuvo acompañado de exposición de carteles y consignas, ellos se concentraron en esa plaza para compartir un festival en conmemoración de los 75 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, promovidos por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Varios líderes y representantes de agrupaciones compartieron discursos en el sitio.
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Entre esos, Billy Navarrete, coordinador del Comité Permanente de Derechos Humanos, expuso que este encuentro busca hacer visible el compromiso categórico por defensa de los derechos humanos desde eventos cotidianos y otros ámbitos de desempeño de la sociedad.
“Esta declaración es el instrumento más valioso creado por la humanidad en toda la historia”, dijo.
Además, hizo un repaso de varios problemas nacionales e internacionales con los que convive la sociedad a nivel global y local, como el conflicto israelí-palestino y el auge de la criminalidad.
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Expuso que la sociedad debe tener “coraje” sobre el aumento de los índices delictivos, sobre todo de crímenes, que se mantienen en el país, especialmente en Guayaquil. Además enlistó otros problemas de desalojos y reclutamiento de niños y adolescentes en barrios vulnerables.
“Esta criminalidad que nos mantiene desmovilizados. La violencia criminal es un instrumento de desmovilización social, no cabe ahí pensar sino en que esto está siendo una forma u otra, premeditadamente colocado frente a nosotros para desmovilizarnos o instrumentalizado con el mismo fin”, dijo ante los presentes.
A su vez, Navarrete enfatizó que actualmente se convive con un Estado “penetrado” por el narcotráfico, por lo que la causa de derechos humanos se debe mantener en las calles, áreas de desempeño y las actividades diarias.
“Debemos organizarnos más que nunca... frente a eso todo el coraje, no hay cómo doblegar, esas acciones que hacemos diariamente en materia de derechos humanos son una luz que nos permite soñar en el futuro, si lo apagamos estamos cerrando toda posibilidad de mantenernos como Estado, como sociedad y personas que deseamos alcanzar y amar la felicidad”, agregó.
María Mercedes Guevara, delegada de la Defensoría del Pueblo en Guayaquil, enfatizó que están abiertos en atender y apoyar a los grupos sociales y población en la protección y cumplimiento de derechos de educación, salud, género, entre otros.
En la plaza Rocafuerte también se concentraron docentes que expusieron varios de los problemas que adolecen en el ejercicio de sus labores. Ellos exigieron el respeto a la vida y que cesen los crímenes de miembros de la comunidad educativa. (I)