En las primeras semanas de enero, cuando la variante ómicron elevó los contagios en el país, Esther perdió el invicto que había tenido desde que se inició la pandemia. Contrajo la enfermedad y estuvo combatiéndola por casi 15 días.

Con tratamiento médico personalizado pudo recuperarse, pero continuó en observación por unas secuelas que le quedaron. Esta residente del norte de Guayaquil, que está en el grupo de la tercera edad, no tiene puesta ninguna vacuna. Y aunque ya experimentó los síntomas del COVID-19, aún está analizando si se pone su primera vacuna.

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Emy, otra adulta mayor que habita en la zona central de Guayaquil, tampoco tiene ninguna dosis. Aunque sus hijos ya se vacunaron y le han insistido una y otra vez que se incocule, ella se resiste. El costo de eso ha sido que desde la pandemia ha limitado sus salidas y casi pasa confinada.

Esther y Emy son parte de ese grupo de ecuatorianos que aún no tienen ninguna dosis puesta, aunque en Ecuador ya se habla de ir hacia una cuarta inoculación.

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El vacunómetro del Ministerio de Salud Pública (MSP) registraba hasta el jueves pasado que el 88,33 % de la población vacunable (de 5 años en adelante) se había aplicado la primera dosis de alguna de las vacunas contra el COVID-19.

Esto representaba un total de 14′218.403 personas, pero otros 1′878.122 habitantes aún no habían recibido ni la primera vacuna sobre una población vacunable de al menos 16′096.525 personas de 5 años en adelante. En esta estadística falta contabilizar el total de los niños de 3 y 4 años aptos para vacunarse y la cifra de los que ya se han inoculado desde la tercera semana de febrero.

Además, hay al menos 1′098.119 habitantes de todo el país a quienes ya les tocaba aplicarse la segunda dosis, pero que aún no acudían a recibirla. De ellos, 351.463 son residentes en Guayas; 106.138, de Manabí; 94.687, de Los Ríos; 66.515, de Pichincha; 44.603, de El Oro; 30.479, de Azuay, entre otras provincias.

En lo que respecta a la situación por cantones, en Guayaquil ya debían haberse aplicado la segunda dosis un total de 205.750 personas. Esta es una de las ciudades que más atrasadas se encuentran respecto a completar su esquema de vacunación (el 18,74 % del total de personas por recibir su segunda dosis está en Guayaquil).

Otros cantones que tienen a personas con su esquema incompleto de vacunación son: Machala, con 20.201; Babahoyo, con 19.235; Cuenca, con 12.471; Portoviejo, con 7.982; Quito, 6.434, entre otras capitales de provincia.

De los 1′098.119 habitantes de todo el país que no se aplicaban aún la segunda dosis hasta el jueves pasado, pese a que ya les tocaba, 817.858 corresponden a la población en general (162.283 son solo de Guayaquil); 86.803 son adultos mayores (27.842 de ellos habitan en Guayaquil); 41.031 son personal del sector educativo; 32.049 son personal de salud; 22.119 son estudiantes del sector salud; 10.528 son entre bomberos, militares y policías, entre otras actividades o sectores de la población.

Por su parte, con la segunda dosis o con el esquema completo de inoculación se encontraba el 84,18 %, porcentaje que estaba cerca de la meta del Gobierno, que para este fin de mes proyectaba tener ya al 85 % de la población vacunable inmunizada totalmente.

Hasta el jueves pasado, 13′550.482 personas de un total de 16′096.525 aptos para la vacunación contra el COVID-19, sin contabilizar aún a los de 3 y 4 años que comenzaron este mes su inoculación, ya tenían el esquema completo y aún faltaban 131.564 para llegar a la meta del Gobierno (13′682.046 o el 85 %), cuando restaban solo cuatro días para que concluya el mes de febrero.

En lo que va del 2022 han completado su esquema de vacunación un total de 860.557 personas, pero la velocidad de vacunación ha ido decayendo, con la segunda dosis o la dosis única, ya que hasta enero pasado el promedio diario era de 19.884 vacunas aplicadas, en los primeros doce días de febrero ese promedio bajó a 10.561 por día; y entre el 13 y 24 de este mes descendió el promedio diario a 9.782.

Vacunación COVID-19 se desarrolla en el aeropuerto de Guayaquil. Foto: Carlos Barros - El Universo. Foto: El Universo

Para llegar a la meta del 85 % vacunados completamente, planteada por el Gobierno para el término de este mes, se necesitaba que entre el 25 y 28 de febrero se vacunen con la segunda dosis o con la dosis única un promedio de 32.891 personas por día.

El avance de la vacunación con la dosis de refuerzo ha ido más rápido este año, con un promedio diario de 47.618 vacunas aplicadas en enero pasado, y de 62.086 por día en lo que va de febrero.

Hasta el jueves pasado, solo en Guayas se habían aplicado 3′458.743 primeras dosis; 3′067.025 de la segunda; 103.758 de la dosis única; y 745.030 del refuerzo.

Mientras que en Guayaquil habían recibido la primera dosis un total de 2′202.425 personas (1′198.881 con Sinovac, 705.593 con Pfizer y 297.951 con AstraZeneca); de ellas, 1′971.485 ya tenían también la segunda (1′107.349 con Sinovac, 638.212 con Pfizer y 225.924 con AstraZeneca); a 68.136 se les había aplicado la dosis única (Cansino); y 475.735 habitantes tenían colocado el refuerzo (298.623 con AstraZeneca, 172.909 con Pfizer, 3.511 con Sinovac y 692 con Cansino).

Médicos locales explicaron que hay muchas personas con recelo de vacunarse con las dosis de refuerzos, pues piensan que con una o dos dosis ya es suficiente o porque ya se enfermaron con ómicron no han ido a vacunarse este refuerzo.

Pero también en unas provincias se ha manejado la hipótesis de que hay personas de zonas rurales que han desistido por la distancia a los puntos de vacunación o por creencias de índole religioso.

Según médicos y personal especializado de vacunatorios, los jóvenes y adultos son los que más han acudido a vacunarse el refuerzo debido a sus actividades comerciales y sociales.

En Guayaquil arrancó vacunación a niños de 3 y 4 años. Se espera alcanzar un amplio porcentaje de los 114.000 menores en este rango

Fernando Insúa, guayaquileño de 34 años, recibió el refuerzo de tercera dosis con Pfizer en esta semana. Él comentó que sabía que tenía que tenía que vacunarse, pero le daba un poco de temor.

“Estaba asustado porque temía que me pudiera hacer daño por secuelas de COVID-19, pero también soy consciente de que la pandemia sigue, sabía que tenía que vacunarme con el refuerzo porque puede llegar otra variante, no quiero volver a enfermarme, es mejor estar prevenido. Lo hice, tuve una leve molestia y ahora estoy bien”, comentó.

El doctor Alberto Campodónico, intensivista del staff de la clínica Kennedy Alborada, explicó que es necesario que los ciudadanos tengan el refuerzo con la tercera dosis para tener una inmunidad más fuerte.

“Debe haber una campaña fuerte para la aplicación de la tercera dosis, de la influenza que también es importante. Hay muchos ciudadanos que atendimos con ómicron y solo tenían una dosis, eso es preocupante porque el esquema debe ser completo para que sea efectivo”, dijo. (I)