Una mujer vestida de blusa blanca y jeans camina con tranquilidad por una calle. Cerca de ella circula un auto rojo. Los negocios están cerrados y se ve a pocos peatones en la vía.
Cruzando una esquina, la mujer es interceptada por una moto en la que van dos hombres. La moto se le atraviesa y corta el paso a la dama. Uno de los sujetos, que va de pasajero, inmediatamente intenta arrancharle su cartera.
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Como la mujer se resiste, el hombre se baja de la moto y comienza a forcejear con ella. En medio de la acción, la mujer cae a un charco de la calle. Allí, el ladrón la arrastra en medio del agua y, al ver que no puede quitarle el bolso, la golpea. Ocurre mientras el otro compinche de la moto hace un giro.
La secuencia queda grabada en una cámara del sector que apunta a la calle y logra captar el intento de robo.
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En medio de esa acción, un mototaxi pasa por la escena. El conductor baja la velocidad y mira el robo, pero pasa de largo. La lucha de segundos entre la víctima y el ladrón continúa en el suelo.
Un hombre en bicicleta aparece en esos instantes y ve lo que sucede. Acelera e intenta aproximarse a la escena. El sujeto que trata de robar lo ve y sale huyendo por un callejón junto con el de la moto. Mientras, la mujer se incorpora temblorosa del charco, aferrándose a sus pertenencias.
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La situación ocurrió en una zona del Guasmo, en el sur de Guayaquil. La Policía no ha informado sobre la captura de los sujetos involucrados.
Este tipo de robos en las calles de sectores periféricos de Guayaquil se está volviendo constante bajo el mismo mecanismo: hombres en moto que interceptan a peatones y se les llevan sus pertenencias. Varios de estos han quedado grabados en cámaras de negocios. (I)