“El agua me llegó hasta la cadera; los vecinos me ayudaban a levantar la mercadería”. Es parte del testimonio del dueño de una tienda, en el bloque 4 de Paraíso de la Flor, de la que no quedó casi nada producto de la inundación tras la lluvia que cayó en Guayaquil la noche del lunes.

Como consecuencia de aquello, en este negocio se dañaron refrigeradoras y otros electrodomésticos.

Decenas de familias resultaron afectadas por el aguacero, que duró unos 90 minutos en el noroeste de la ciudad.

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Lluvia causa estragos en Flor de Bastión y otros sectores del norte de Guayaquil

Colchones secándose al sol en los portales de varios sectores fueron una imagen común la mañana de este martes, 12 de abril.

La lluvia también causó el colapso de varias calles y canales, lo que hizo que el agua llegara hasta el nivel de las caderas en varias zonas, como el bloque 4 de Paraíso de la Flor.

Ahí, en la manzana 267, una casa esquinera se llevó la peor parte al estar ubicada en la zona baja de ese sector, justo donde desembocan dos largas calles por donde bajó agua y lodo del cerro.

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Hasta pasadas las 09:00, Jhonatan Insuasti seguía sacando material de su casa y de la tienda que funciona allí.

Su negocio fue el más afectado. Él contó que los vecinos lo ayudaron a levantar la mercadería y a sacar los productos; sin embargo, equipos grandes, como frigoríficos, terminaron dañados por el agua que se acumuló en esa vivienda y que alcanzó casi 80 centímetros de altura. Incluso se le murieron tres gatitos recién nacidos que estaban en un cartón.

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Vecinos sacaron muebles y enseres al sol para que se sequen tras la afectación de anoche por la lluvia. Foto: El Universo

”Todo flotaba. El agua sobrepasó como por 20 centímetros el límite al que siempre llegaba”, narró el hombre, que con su familia sacaba artículos dañados de su casa.

Los vecinos dijeron que en el barrio hay un gran problema con quienes echan la basura a la calle, incluso cuando está empezando a llover. También aseguraron que el lunes, cuando empezaba el aguacero, algunos moradores destaparon las alcantarillas y que eso causó que la basura tapara las tuberías y que el agua no desfogara.

Roxana Melo, quien vive en el sector de La Ladrillera, pasó una noche similar. Ella vive justo frente a una zanja que atraviesa el noroeste de Guayaquil y, aunque este martes el nivel del canal de agua se veía bajo, anoche la calle se convirtió en un río.

”No se podía ni salir a la calle, porque te podía arrastrar el agua”, expresó la mujer, quien puso a secar dos de sus tres colchones y que aseguró que aún no conecta la refrigeradora porque teme que el motor esté lleno de agua.

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En Guayaquil, marzo sobrepasó el promedio histórico de lluvias

En el bloque 22 de Flor de Bastión, los moradores sacaron sus muebles dañados y trataban de secar los otros enseres.

“No hemos dormido”, señaló Simón Solórzano, quien vive en una zona que está siendo pavimentada.

”Esta calle ayer ya estaba llena de piedra chispa; ya hoy iban a pavimentar. Y, mire, esto es un lodazal. No entiendo por qué se ponen a trabajar en invierno en lugar de hacerlo en verano”, renegó el morador, que había sacado cientos de piedras de su casa. (I)