La doctora estacionó su vehículo en un predio particular, ubicado en las calles Escobedo y Juan Montalvo, en el centro norte de Guayaquil, antes de dirigirse a un hospital cercano. A las 09:00 del lunes 16, ella caminó varias cuadras de la zona, sin embargo, a pocos metros de ingresar a la casa de salud vivió un episodio que le provocó temor y angustia de volver a transitar sola por allí.

Antes de su entrada al sanatorio, sobre la acera de la intersección de las calles Loja y Baquerizo Moreno, un hombre apareció delante de ella y se dirigió hacia dos internos de una universidad que caminaban a varios metros de distancia.

De manera repentina, el mismo individuo se viró y la amenazó para que le entregara sus pertenencias. En medio del temor, su reacción fue rápida. Ella logró salvarse del atraco al correr por la calle Baquerizo Moreno e ingresar al hospital por otra puerta designada al área de emergencias.

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“No me había pasado antes, por eso me arriesgué a ir sola, pero de ahora en adelante ya sé que no. Creo que lo me queda es no ir en carro para no caminar, sino que alguien me lleve y me recoja en la puerta para entrar directamente al hospital y no haya chance de caminar, porque no se puede. Iba vestida con mandil, no le importó”, comentó la doctora.

Justamente, en esa misma acera de Loja y Baquerizo Moreno, en las recientes semanas, varios médicos y personal que colaboran en un hospital cercano han reportado robos. La delincuencia ya ni respeta a quienes trabajan en sectores estratégicos de la sociedad, como el personal médico en Guayaquil.

Esto se da pese a que la urbe se mantiene bajo la figura de estado de excepción por los índices de violencia que se han disparado en este año. Solo en la Zona 8 (integrada además por Durán y Samborondón) se registran más de 520 muertes violentas en lo que va del año.

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Personal de seguridad que se mantiene dando resguardo en el interior del hospital mencionó que suelen aparecer antisociales para atracar a los profesionales de salud en sitios que permanecen desolados o con poca iluminación en calles y aceras cercanas. Estos aprovechan las zonas exteriores, como aceras y veredas, que se mantienen desoladas en ciertos horarios, con poca iluminación o vigilancia policial.

La noche del lunes anterior, en el pasillo de una acera de Loja y Baquerizo Moreno, varios galenos salían o ingresaban a sus labores. Algunos tramos de las aceras permanecían a oscuras pese a que la vía tiene alumbrado público, pero unos árboles generaban sombras. Como el caso de la doctora que sufrió el robo, incluso los delitos se practican durante las mañanas.

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“Han venido doctores y amenazados con cuchillos se les llevan la plata luego de sacar del cajero (situado en la esquina de las calles Loja y Baquerizo Moreno)”, comentó un guardia de la zona.

Personal médico ha sufrido robos al ingreso o salida de sus labores en hospitales del centro de Guayaquil. Foto: El Universo

Dos colaboradores de una funeraria, Luis Pérez y Doménica Delgado, comentaron que también se han dado varios asaltos en esa zona cercana a otras áreas del hospital. Hace un mes aproximadamente asaltaron a una enfermera en los exteriores del negocio de servicios mortuorios. La víctima se movilizaba a las 06:00 cuando dos hombres en moto la interceptaron y uno de ellos la amenazó con un cuchillo para llevarse sus pertenencias.

“Ahora no se puede hacer nada, si uno sale a ayudar luego lo vienen a atacar al mismo rato o al día siguiente”, comentó Delgado.

Ellos, así como médicos, procuran tomar precauciones por los casos de delincuencia que se replican en otras zonas. En el caso de los dos trabajadores de funeraria, antes pasaban en los exteriores del local, pero ahora procuran mantenerse en el interior para evitar ser víctimas de robos.

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Otro profesional de salud, Cristhian, contó que toma recaudos cuando sale o ingresa a sus labores en quirófano del hospital de la zona. Él suele evitar circular con muchas pertenencias u objetos de valor en las calles Loja, Baquerizo Moreno y otras vías de las inmediaciones del cerro del Carmen por reportes de conocidos sobre problemas de delincuencia.

La noche del lunes anterior, Cristhian iba a pie para dirigirse hacia un local de comida de la calle Baquerizo Moreno y luego caminó por un acceso de la calle Loja con lo básico para acceder a la merienda. “En Guayaquil como toda la ciudad hay que evitar. (Salgo) sin efectivo, por ahí $ 5 o $ 10, porque también por no tener dinero te hacen algo (los delincuentes) y cuando salgo a comer dejo todo adentro y voy con lo básico”, comentó.

María José, otra colaboradora del sanatorio, salió de sus labores en horario nocturno, se despidió del personal de la garita de salida del hospital y comenzó a caminar raudamente mientras agarraba fuerte un bolso con sus pertenencias por las calles Loja y José Manuel Matheu y Aranda. Aunque no ha sufrido robos, ella iba temerosa hasta llegar a la esquina de Loja y Baquerizo Moreno, donde un auto la llevaría hacia su domicilio.

“Da un poco de temor porque está todo oscuro”, expresó Richard, otro profesional del centro médico, quien salió de sus labores profesionales y pasó comprando pan en una tienda cercana, antes de seguir hacia su vehículo estacionado en calles cercanas del hospital.

Según varios trabajadores y habitantes de la zona, en las inmediaciones del puente a desnivel que conduce de la calle Loja hacia la vía Julián Coronel, cercano al hospital, se suelen esconder antisociales o consumidores de droga que se instalan ahí y sorprenden a los transeúntes, incluyendo personal médico. También los hechos delictivos se han presentado en las calles Loja y José Manuel Matheu y Aranda, la acera de las calles Loja y Baquerizo Moreno, entre otras zonas aledañas.

Varios ciudadanos, incluyendo profesionales de la salud, indicaron que aunque se suelen observar rondas policiales en vehículos, creen que se debe dar apoyo con personal uniformado que se movilice a pie y se instale en las zonas conflictivas, sobre todo en las horas de entrada y salida del personal médico, a tempranas horas de la mañana y en horario nocturno. (I)