La guayaquileña Rosaelana Torres era una niña de 5 años cuando su mamá, Angélica, la empezó a llevar a las procesiones de Cristo del Consuelo, en el sur de Guayaquil.
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Historias de milagros y devoción en la procesión que lleva más de seis décadas.
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La guayaquileña Rosaelana Torres era una niña de 5 años cuando su mamá, Angélica, la empezó a llevar a las procesiones de Cristo del Consuelo, en el sur de Guayaquil.
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