Las veredas de distintos sectores de la ciudad estaban este miércoles, 24 de diciembre, marcadas por una explosión de colores.
Los monigotes, tradicionales protagonistas de fin de año, coparon aceras y esquinas, atrayendo la mirada de peatones y también de conductores que reducían la marcha para observar las figuras.
Personajes en tendencia, como capibaras, Stitch y Kuromi, se repetían entre los muñecos de cartón y papel.
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En algunos puntos, los carros se detenían brevemente para que sus ocupantes pudieran elegir con calma.
Aunque la calle 6 de Marzo concentra una alta afluencia de compradores, la oferta se extendió a otros sectores de la ciudad.
En la calle Venezuela y Guaranda, en el sur; en Bellavista; bajando del puente de la 17; y en los exteriores del Albán Borja, los comerciantes también desplegaron su mercadería.
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Varios ciudadanos anticiparon sus compras. Algunos lo hicieron porque planean viajar a balnearios u otras provincias durante las fiestas de fin de año; otros, para cumplir con la tradición en empresas o para sorprender a sus hijos.
En Bellavista, Orlando Vera ofrecía monigotes desde por cinco dólares. Según comentó, la cercanía con la vía a la costa influye en las ventas.
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“Muchos ya comienzan a irse de feriado, se van a la playa, y lo primero que hacen es comprar su monigote. Y como acá estamos cerca de la vía a la costa, ya hacen una sola”, sostuvo el comerciante.
Entre los compradores estaba José Luis, quien llegó en su motocicleta para adquirir un monigote destinado a su empresa.
Dudaba entre un muñeco del Chavo del 8 y uno de Garfield.
Contó que el monigote para su casa lo compró hace unos quince días, pero aún tenía pendiente el de su lugar de trabajo. (I)
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