Aurelio Tomalá se puso ropa deportiva y sus zapatos más cómodos para salir desde La Floresta hacia Las Peñas.
Tenía previsto en este segundo día de feriado visitar el centro de la ciudad, recorrer el Malecón Simón Bolivar y, de tener energía luego de la larga caminata, subir hasta el faro al final de los escalones del cerro Santa Ana.
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El guayaquileño, al llegar a los primeros peldaños, se topó con la presencia de músicos y pequeñas actividades a lo largo de este icónico barrio.
“Con música y con gente que cada vez llegaba un poquito más nos animamos a subir”, dijo Tomalá, quien llegó hasta el faro para participar en una clase de zumba.
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En este sitio, un maestro guio a decenas de mujeres y hombres que acudieron para bailar a lo alto del cerro y disfrutar de la vista.
“Bonito plan, bonita vista. Nosotros venimos sin un plan y nos quedamos por aquí disfrutando de una actividad bonita en feriado. Ojalá este tipo de cosas las mantengan por más tiempo”, comentó Lucía Arellano, quien se movilizó desde Durán a Guayaquil.
Hasta Las Peñas no solo llegaron guayaquileños, sino también visitantes de otras provincias e incluso países. El brasileño Diogo Jaz fue uno de los que aplaudieron las actividades que reactivaron a este sector del centro de la urbe.
“Amigos guayaquileños nos guiaron acá y nos dijeron que esto era de las mejores cosas que tiene la ciudad, y sí, lo es. Es bellísimo esto en Guayaquil”, dijo el visitante.
Lorena Gonzabay viajó desde Palenque al Puerto Principal para recorrer no solo el centro, sino acudir a Cerro Blanco, Puerto Hondo y Chongón.
“Mi familia vive acá y aprovechamos el feriado para hacer algo diferente. Aquí en el cerro todo está muy bonito. No pensamos encontrarnos con algo divertido para hacer”, comentó.
En la zona del faro, una veintena de emprendedores que tomaron cursos en Zumar y forman parte de Épico se instaló en pequeñas carpas.
Rossy Ruiz fue una de las emprendedoras que apostaron por participar en esta actividad que el Municipio de Guayaquil impulsó como Santa Ana 360.
Ella aprendió a hacer bisutería en los cursos de Zumar y forma parte de los pequeños empresarios que se capacitaron en Épico. Junto a ella este sábado se ubicaron emprendedores que ofrecían postres, lienzos pintados y bebidas naturales.
“Es bonito. He estado participando en estas ferias y poco a poco se va sumando la gente”, contó la emprendedora.
A lo largo de los más de 300 escalones del barrio Las Peñas, comerciantes y moradores de este populoso sector aprovecharon para reactivarse y ofrecer piqueos en los portales de sus viviendas.
Entre los escalones 100 y 200 se ubicaron personas disfrazadas para atraer a los más pequeños. La banda municipal amenizó el recorrido al mediodía. (I)