La desesperación por salir de casa a comprar víveres en medio de dificultades, por la propagación de enfermedades, negocios con ventas decaídas y otros problemas ocasiona el invierno en vastos sectores del noroeste de Guayaquil, al otro lado de la vía Perimetral. Cientos de habitantes se sienten indefensos al alzar su voz a las autoridades, pero estas no se han hecho presentes en sus barrios.
Charcos profundos de agua, lodo y huecos están en las calles de Socio Vivienda, Monte Sinaí, cooperativa Voluntad de Dios, Sergio Toral y muchos otros sectores, donde a la gente se le hace difícil salir de sus casas por el miedo a caerse, enfermarse o por tener que caminar largas distancias en lodazales y huecos.
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Gabriela Panta, habitante de Voluntad de Dios, se siente enojada de que las autoridades no hagan nada por los sectores más vulnerables. Admite que siempre es lo mismo cuando es invierno: las calles se llenan de lodo o se empozan con agua lodosa y es muy dificultoso caminar. Además, vienen los mosquitos y es otro problema, porque tienen dos niños pequeños y teme que contraigan enfermedades como el dengue.
Asimismo, una vecina comenta que sus hijos menores salen sin zapatos a meterse en las aguas estancadas y esto les ha causado hongos en los pies, porque ellos creen que es una piscina afuera de sus hogares.
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Al entrar a estos sectores se percibe mal olor. María Pilco, de Monte Sinaí, explica con lágrimas que ya está cansada de botar agua desde dentro de su hogar, ya que pasan por su calle deteriorada camiones o volquetas y hacen que el agua empozada ingrese nuevamente a su casa. El olor nauseabundo es a causa de que estos sectores no cuentan con alcantarillado y las aguas servidas se mezclan con el agua de la lluvia, dice Pilco.
No aguanto ver mi sector en estas condiciones, me estreso al sacar de mi tienda todos los días agua en balde, es muy cansado porque tengo 73 años.
María Pilco, habitante de Monte Sinaí
En la Sergio Toral, los mototaxistas que prestan servicio de transporte a personas que viven lejos de la avenida principal cuentan que al recoger a sus clientes tienen que atravesar charcos y se mojan, es molestoso. Asimismo, la gente los ve a ellos como alivio de transporte, ya que no pueden salir de sus casas bien vestidos por el temor de ensuciarse y los llaman a ellos para que los recojan.
En Socio Vivienda, decenas de personas se han unido para recolectar firmas y se han dirigido al Municipio de Guayaquil para que escuchen lo que realmente está pasando, pero no han obtenido respuestas.
Los negocios de estos sectores se han afectado por el invierno. Antonio Canga, morador de Voluntad de Dios, es dueño de un taller de soldadura y señala que en dos semanas no ha llegado nadie a su establecimiento por las calles en mal estado, y esto le ha causado pérdidas económicas, ya que vive con su esposa e hijos y necesita mantenerlos.
Las líneas de buses ya no quieren pasar por las calles por el miedo de que se dañen los automotores o se queden atascados en las pozas, según los residentes.
Vecinos de los diferentes sectores, al encontrarse en esta situación, se han unido y han recolectado dinero para que volquetas traigan cascajo para poder tapar los huecos y poder hacer accesible el paso a otras casas desde la calle principal.
Las volquetas les cobran $ 60 por el transporte de cascajo. Pero no siempre quieren estar gastando y esperan que las autoridades hagan alguna gestión en sus sectores, dice un morador que pide no citar su nombre.
Debido al invierno, la basura tirada en las esquinas o junto a los postes es arrastrada por el agua lluvia hacia las casas de los moradores y esto ha causado dificultades con el olor.
Ángela Valdez, residente en Voluntad de Dios, no aguanta el olor de los desperdicios y se desespera al no tener agua para lavar la ropa. Espera que llueva de nuevo para poder recolectar el líquido y lavar sus vestimentas, dado que los tanqueros no quieren pasar por las calles intransitables.
Entre los sectores que siempre tienen el mismo problema están zonas de Balerio Estacio, Monte Sinaí, Sergio Toral y Socio Vivienda. En la zona hay al menos quince cooperativas que tienen las calles dañadas por el invierno, según los habitantes.
Esta zona del noroeste de Guayaquil tiene una población aproximada de 400.000 habitantes, según información del Municipio. Según informes del cabildo, en el mes de febrero se ejecutó la pavimentación de calles y construcción de aceras y bordillos en Paraíso de la Flor, obra con la cual 33.000 habitantes del sector fueron beneficiados. Los informes municipales señalan que cerca del 60% de esta zona ha recibido obras de pavimentación y servicios básicos, como alcantarillado.
Pero en los sectores a los que no llega esa atención la vida es complicada, sobre todo en la época invernal. (I)