Las lluvias han reactivados riachuelos y el agua que desciende de las zonas altas de la cooperativa Balerio Estacio, noroeste de Guayaquil, es como una lima sobre la calle que utilizan en sus recorridos las líneas de buses 8, 17 y 110.

La erosión que producen la vertientes más el peso de las unidades de transporte público inciden en la formación de desniveles pronunciados, que en una mañana lluviosa se muestran como pozas que traban el avance de vehículos, que hacen que buses, carros livianos y tricimotos se muevan como hamaca al clavar las llantas en aquellos huecos.

En la vecina Monte Sinaí, las unidades de las líneas 112, 132, entre otras, también avanzan en calles irregulares de tierra, con baches, donde también moradores piden la reconformación vial a la autoridad, incluida la instalación de redes de alcantarillado.

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En el bloque 4 de Balerio Estacio, donde pasan las líneas 8 y 17, la habitante Piedad Contreras, dueña de una tienda de abastos, dice que el riachuelo no solo incide en la deformación de la calle de los buses sino que inunda casas en la parte baja, por lo que demanda la obra pública.

"Ahí ha habido choques", dice al ver que los carros casi se tocan como consecuencia del vaivén sobre una mancha de agua empozada.

En la ruta de la línea 110, cerca del bloque 10 de Flor de Bastión, otro riachuelo aceleró las irregularidades en un segmento de tierra 30 metros, donde también los carros avanzan como hamacas.

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En Monte Sinaí, en la zona de estación de la línea 132 o cooperativa Alborruta, el chofer Ángel Ramírez asegura que hace dos años el Municipio reconformó la vía lastrada y que desde entonces esta se ha venido deteriorando.

Avanzando lento para no remecer tanto la unidad, Ramírez, con 5 años de servicio en el sector noroeste, dice que espera una pronta intervención ahora que estamos en días de campaña, relaciona.

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Daniel Cepeda, dueño de un local de materiales de construcción, asegura que a inicios de enero gastó entre $ 30 y $ 35 para poner una "volquetada" de piedras en el tramo que da a su negocio, pero no obstante la capa que quedó en el sitio perdió uniformidad con las lluvias y constituye otro cráter en la ruta hacia la avenida Casuarina, la principal del sector Monte Sinaí.

Los motorizados que realizan fletes comentan que ante la evidencia de pozas deben andar despacio. Dudan sobre si ha habido accidentes por caer en los huecos, al menos no en el día, sostiene uno.

En La Ladrillera, en la zona de colegios réplicas, hay segmentos de vía principal con irregularidades, pero en la zona de un mercadillo, el Municipio ejecutó recién labores de relleno y reconformación.

No obstante, en las ramificaciones hay fango, tramos lodosos, donde moradores avanzan lento, cuidando su calzado y ropa inferior, y dejando salir un resignado "todos los años es lo mismo".

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En asentamientos que no disponen de redes de agua potable, ni de alcantarillado, el cabildo nivela las calles de tierra con material reciclado.

Andrés Burbano, director municipal de Obras Públicas, refiere que hay dos equipos desplegados en Monte Sinaí y remarca que recién intervinieron la zona del mercadillo de La Ladrillera. Sostiene que ahí está en proceso la contratación de 2,5 kilómetros de vía pavimentada a partir de la urbanización Ecocity, a la que se ingresa por la vía a Daule.

El funcionario expresa que las cuadrillas cumplen un cronograma y que pronto estarán en la zona de la estación de la Alborruta y en otros puntos.

"Paralelo a la Casuarina estamos contratando una vía que conecta a Socio Vivienda, para tener una ruta más de salida", dice sobre una arteria de la que se proyecta disponga 3,5 kilómetros de longitud.

Agrega que el cabildo ejecuta un plan para la pavimentación de avenidas, reemplazando la carpeta asfáltica que no es durarera. Dice que el material nacional dura 3 años, que el de otros países, 18.

Alega que los contratos están saliendo, que debieron contratarse en septiembre, que los retrasos son efectos de la pandemia del COVID-19. (I)