María Gavilanes tiene 24 años. Su último embarazo fue de riesgo y lo perdió. Ella decidió llevar un control estricto en su nuevo intento por convertirse en mamá primeriza, y lo logró.
Sofía nació a las 36 semanas en condiciones óptimas de salud. Sin embargo, detrás de esta inmensa felicidad hubo un control exhaustivo y una cirugía de cesárea que la hicieron de forma anticipada porque la mujer presentó labores de parto y la bebé estaba mal ubicada.
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Esta intervención la realizaron en la clínica Alfredo G. Paulson, que está ubicada en el interior del hospital Luis Vernaza desde hace un año y cuatro meses. Allí se asiste a todas las pacientes con complicaciones graves ginecológicas y también los partos de riesgos del hospital de la Mujer.
El hospital Alfredo G. Paulson, de la Junta de Beneficencia de Guayaquil, fue inaugurado en agosto del 2016 en la Atarazana y construido en reemplazo de la desaparecida maternidad Enrique Sotomayor. Desde meses atrás pasa por un proceso de remodelación.
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Allí se realizan diversos trabajos en la infraestructura, ya que se busca adecuar un hospital de especialidades para cubrir la demanda de salud que hay en Guayaquil y gran parte de la Costa. No obstante, no se ha dejado ni se dejará de atender al gran grupo de mujeres que mantiene la tradición de asistencia médica desde la maternidad Sotomayor, según dijeron sus médicos.
Eduardo Bauer, jefe del servicio de ginecología y obstetricia del hospital Luis Vernaza, manifestó que el equipo médico de atención compleja del hospital de la Mujer se mudó al Luis Vernaza. Allí asisten a las cirugías más riesgosas, como por ejemplo la llegada de bebés prematuros, ya que tienen el pase directo con el Roberto Gilbert.
Él comentó que este proceso de remodelación de las instalaciones de la Atarazana hizo que la cantidad de pacientes disminuyera casi en un 50 %, aproximadamente, luego de la pandemia del COVID-19.
Por ejemplo, detalló que ahora hay un promedio de cuatro partos por día, 28 a la semana, y que cuando estaban en la Atarazana eran ocho, es decir, 56 bebés semanales.
“Hubo muchos cambios, la llegada del COVID-19. Muchas mujeres se pasaron a la red pública de salud; ya no les alcanzaba acá, por muy bajo que sean los costos. La remodelación de instalaciones... Esos son los factores que refleja esta disminución de atenciones”, explicó.
Empero, resalta que en el espacio que tienen en el Luis Vernaza poseen diez camas de hospitalización y siempre pasan llenas, debido a que hay una confianza de las familias guayaquileñas de que, cuando se trata de alguna intervención compleja en la mujer, acudan al hospital Alfredo G. Paulson, pese a que esté en otro sitio, dijo.
Además que las intervenciones más complejas de la Red Pública de Salud también se las derivan a ellos. “Tenemos alta demanda en las cirugías de riesgos. Saben la trayectoria del hospital, y es por eso que se intervienen todas las emergencias”, explicó.
A más de eso, también está la tradición en muchas mujeres de Guayaquil. Por ejemplo, Mariana Hidalgo, residente de la Alborada que tiene 7 meses de embarazo, comentó que acudió al hospital de la Mujer de la Atarazana porque su mamá se lo recomendó.
“Mi mami se hizo atender todos sus partos en la maternidad Enrique Sotomayor, y me dijo que yo venga acá porque mi embarazo es de riesgo, porque tengo miomas y necesito atención compleja”, indicó la mujer, quien acudió a la Atarazana.
Asimismo, al sitio llegan mujeres jóvenes y adultas mayores por otras complicaciones, como quistes, descensos del útero, endometriosis, entre otras patologías más específicas de la mujer.
Bauer comentó que siguen trabajando para mantener la atención de partos humanizados, es decir, que el bebé esté los primeros minutos con su mamá, que se brinda atención directa del neonato con especialistas y, si es necesario, paso directo al hospital Roberto Gilbert.
Añadió que en los próximos meses se definirán más detalles del hospital de especialidades que se tiene previsto en la Atarazana, donde ya se están adquiriendo nuevos equipos, especializando áreas y readecuando pisos para dar este nuevo servicio en ese espacio en el que fue solo de atención de mujeres. (I)