El alcalde de Guayaquil, Aquiles Álvarez, cuestionó este martes la decisión del Servicio Nacional de Contratación Pública (Sercop) de suspender 41 procesos municipales, que —según señaló— suman más de 7,6 millones de dólares y corresponden a 12 entidades del cabildo.

Álvarez aseguró que los procesos estaban “todos completos, todos en regla, todos siguiendo la ley” y afirmó que, aun así, “lo siguen parando”. Sostuvo que la medida “nunca fue un tema administrativo”, sino “otro capítulo más de la persecución política contra Guayaquil”.

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El alcalde indicó que 17 de los procesos suspendidos corresponden al área de comunicación municipal y advirtió que la decisión afecta la difusión de obras, servicios y orientaciones para la ciudadanía.

Están intentando que Guayaquil no hable, que Guayaquil no cuente lo que hace, que Guayaquil no sea visible”, dijo. Agregó que la ciudad ha superado “los 2.2 millones de atenciones” en los hospitales municipales y que esto “es lo que no quieren que se sepa”.

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Álvarez comparó la suspensión de procesos con el bloqueo de cuentas en redes sociales, al que calificó como “persecución política disfrazada de trámite”.

También criticó al gobierno central tras la consulta popular del 16 de noviembre, señalando que “la gente les dijo bien clarito: basta de prepotencias”, y que, pese a ello, “parece que en vez de aprender han doblado la apuesta”.

El alcalde acusó al Ejecutivo de priorizar “bloquear procesos municipales” en lugar de atender temas de seguridad, salud y economía. “La prioridad de ustedes es pelear con una ciudad solo porque no pueden manejar su ego”, afirmó.

Sobre el impacto a proveedores y medios, Álvarez aseguró que el municipio ha cumplido con “documentos, respuestas, plazos, oficios”, y que en algunos casos han enviado hasta siete comunicaciones sin respuesta. Dijo que la responsabilidad recae en el gobierno central y que la situación representa “un daño directo al trabajo de todos ustedes”.

El burgomaestre afirmó además que “el que dirige el Sercop es un enemigo manifiesto”, no solo a nivel personal, sino “un enemigo manifiesto de Guayaquil”. “Persiguen políticamente a los guayaquileños. Guayaquil ya les dijo no. Guayaquil no se va a quedar callado”, expresó.

Álvarez aseguró que la ciudad continuará trabajando pese a los obstáculos. “Aquí seguimos sin miedo, haciendo lo que hay que hacer”, añadió. Y concluyó: “Si quieren sumar obstáculos, que lo sumen. Los vamos a pasar uno por uno y sin treparnos a ningún caballo”. (I)