Los robos y el nivel de violencia usado por antisociales en las paradas y unidades de Metrovía generan inquietud entre usuarios frecuentes de este sistema de transporte masivo.
En la semana reciente, un atraco perpetrado por dos antisociales se viralizó en redes sociales. Lo que llamó la atención de este hecho es que ambos se subieron como pasajeros y desvalijaron a los usuarios.
Aprovecharon el trayecto entre una parada del Guasmo norte y la siguiente estación para tomar rápidamente los objetos de usuarios y luego se bajaron por la parte delantera de la unidad, mientras amenazaban al chofer con aparentes armas.
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Entre usuarios consideraron que esta práctica rebasa otros tipos de robos que se habían observado en las unidades.
Los robos más reportados, según usuarios, han sido los que aprovechan descuidos para sacar artículos de mochilas o bolsos y también arranchadores que toman pertenencias de pasajeros que se ubican sobre todo cerca de puertas y ventanas de los articulados.
Justamente Mario Carpio, quien suele movilizarse entre Bastión Popular y el centro, recordó que hace unos días pudo ser testigo cuando un antisocial cometió un robo.
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Este sujeto estaba dentro de una parada situada en Primero de Mayo y Carchi, a la espera de un articulado que vaya a la Caja del Seguro Social, hizo el gesto como que iba a subirse a la unidad, pero repentinamente retrocedió y metió la mano por una ventana para agarrar un teléfono móvil de una pasajera situada en una ventana.
La víctima gritó, se quedó inmóvil, mientras otros usuarios solo observaban al antisocial que huyó por la calle.
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Ante el caso más reciente, Carlos Suquilanda, también usuario, expuso que convive con preocupación al trasladarse a su jornada laboral entre la Floresta y Caraguay. Dijo que ahora está más atento entre cada parada para observar quiénes se suben junto con él y los movimientos inusuales de quienes ingresan en las paradas siguientes.
“Ahora no se sabe en qué parada se van a subir a robar”, lamentó el morador del sur.
De igual manera, dijo que en el retorno a su casa las unidades suelen ir llenas y trata de estar pendiente de sus pertenencias ante el temor de sufrir la extracción de los bolsillos por parte de asaltantes que en muchos casos operan en grupos.
Para este usuario, a lo largo del sistema se deben realizar revisiones a los pasajeros que acceden a cada parada. Que se usen equipos especiales, dijo. “Que tengan sensores para revisar a los pasajeros para que suenen si llevan armas”, sugirió el pasajero.
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En caso de falta de recursos, apuntó que lo hagan en los sitios donde ya se han presentado atracos.
Otro usuario, Carlos Fiallos, suele ir desde Bastión Popular hasta la Caja del Seguro Social (IESS) y luego a la Pradera 1.
“Obviamente he escuchado que quitan teléfonos de maletas y bolsillos, por eso ando muy atento, ahora hay mayor intranquilidad”, dijo él, ante el reciente atraco del Guasmo.
Consideró que la presencia de guardias parece insuficiente, por lo que pidió mayor número de ellos, y que incluso podrían disponerse de manera aleatoria dentro de unidades.
Según usuarios, los guardias tienen complicaciones para la cobertura en las paradas, pues usuarios los requieren para dudas sobre el uso de máquinas, rutas, llenan bitácoras, además en horas pico se llenan las paradas y ante una alerta, moverse se vuelve complicado.
Fiallos dijo que ante una novedad el guardia puede estar presente, pero si pasa algo con un robo en la parada solo cubre el perímetro de la parada y en el exterior difícilmente el delincuente puede ser capturado, por lo que pidió también presencia policial.
De acuerdo al sistema Metrovía, como parte del protocolo de seguridad, el conductor suele activar el botón de alerta para notificar al centro de control para que se comunique directamente con la autoridad competente sobre alertas.
A diario, la Metrovía, que cubre cuatro troncales en la urbe, realiza 216.853 viajes.
En este año, Metrovía ha contabilizado 91 alertas de robos. En los casos reportados se activó el protocolo establecido para el seguimiento y apoyo en las investigaciones.
En algunos de los casos, los usuarios no denuncian los hechos ante Fiscalía. (I)
















