Por la mañana y en la tarde se usa luz natural del día, y en la noche se encienden velas para contribuir al no consumo de energía. Esta es una de las características del salón de Yoga Room, ubicado en el edificio Diana Quintana.

En el sitio se enseña sobre yoga tradicional y se promueve la cultura ecofriendly, con la que se busca incentivar a los alumnos sobre el cuidado del medio ambiente.

Entregan premios a los estudiantes que van a las clases caminando o en bicicleta, y a los que usan termos que no sean de plástico.

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Como parte de esta cultura, para limpiar el local usan detergentes que no son tóxicos para el ambiente.

Las dueñas de Yoga Room son Catherine Daccach y Andreína Velásquez. “Empezamos siguiendo un llamado de corazón a servir a la comunidad, esto no se podía quedar en dar clases a grupos pequeños, sino llegar a más personas”, dice Catherine, que lleva doce años practicando yoga y se especializó en esta disciplina en Estados Unidos.

Todas las instructoras han estudiado fuera del país. En el espacio, además de Catherine y Andreína, imparte clases Isabel Avilés.

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En Yoga Room se promueve el yoga como un estilo de vida. “Nosotros tratamos de que la persona se alinee con su propósito de vida, que venga a practicar con una intención más allá de respirar y el movimiento físico. Que lo que hagas aquí sea un ensayo para lo que hagas cuando sales de aquí, no solo vives en equilibrio mientras estás en la clase. Los ejercicios de yoga tradicional son psicofísicos”, dice Catherine.

Se dan clases personalizadas y antes de cada sesión se conoce el estado físico y emocional.

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Hay clases a las 08:00, 10:00, 18:00 y 19:30, de lunes a viernes; sábados a las 10:30. (I)