Virginia Limongi es una mujer sin poses. Natural. Es capaz de mostrarse con total seguridad frente a las cámaras -aunque tenga pánico escénico- y de conversar con este Diario mientras alista su almuerzo sin cohibirse. Desde su ingreso a Ecuavisa como participante del reality La nueva estrella de En contacto ha logrado ganarse al público y hacerse un espacio entre el equipo del matinal, que ayer le dio la bienvenida. Quería formar parte de la familia televisiva que la convocó meses atrás y lo logró. La manabita de 28 años se suma como presentadora de la producción de Betty Mata.

Sus ‘amixes’, como llama a los seguidores que acumula en las redes sociales donde está presente, han llenado sus últimas publicaciones con mensajes de apoyo y felicitación por su contratación.

Exreina de belleza, hija abnegada, hermana acolitadora y madre consentidora, la portovejense recalca que las etiquetas a ella no la definen. Quiere demostrar a otras mujeres que sin importar la edad, estado civil u ocupación, todas son capaces de cumplir sus sueños. Mientras se adapta a esta nueva faceta en su vida, Limongi continúa con sus estudios de Negocios Internacionales en la UIDE, a distancia. “He avanzado rapidísimo, estoy a mitad de carrera, nunca es tarde para estudiar, mi mami se graduó de abogada casi a los 40 años, ella es mi ejemplo”, añade.

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Prefiere guardar dinero para darse lujos como viajar -afirma-, aunque luego coma pan con mantequilla. “Desde pequeña estuve ahorrando, no sabía para qué usaría el dinero, lo consulté con mi mami y me compré mi casa en Portoviejo, eso fue de la mano de Dios. Ahora adopté una perrita que la tengo en la casa, se llama Canela, le doy de comer y antes de irme a dormir veo si está o no. Ella vive en la urbanización y yo la cuido. Ella sabe que esa es su casa”, revela.

Limongi enfatiza: “No sé lo que nos depare el futuro, pero siempre hay oportunidad en el fracaso”.

¿Qué pasó en la vida de Virginia luego del Miss Ecuador y cómo llegó la propuesta de entrar a la televisión?

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Para quienes se perdieron de mi vida, desde el Miss Ecuador para acá, intenté sacarme esa etiqueta de miss, no porque no valga o porque no me guste, me encanta, siempre lo voy a llevar conmigo y siempre he dicho que el haber sido Miss Ecuador cambió mi vida para siempre y es por eso que estoy donde estoy ahora y por el apoyo de la gente, pero sí quería demostrarles a las personas que hay una vida más allá de un concurso de belleza o de un fracaso como fue en el Miss Universo, que no soy una mujer que se da por vencida en sus sueños, que soy persistente en lo que quiero y que soy una mujer de facetas.

Para quienes no vieron, intenté abrir un gimnasio, lamentablemente se vino el tema de la pandemia, quedé embarazada, por protección y por desconocimiento del COVID-19, no había vacuna, yo preferí dejarlo en pausa para poder disfrutar de mi embarazo junto con mi familia, con mi enamorado. Ya después intenté reabrirlo, luego me di cuenta de que el tema del semáforo iba y venía, me daba miedo otra vez contagiarme, no había tanto trabajo ni tantas personas que quisieran pagar un gimnasio, y lo entiendo.

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Así que me vine a Guayaquil a buscar suerte y comencé a trabajar con diferentes marcas, a trabajar como influencer, que se ha hecho parte de mi día a día, a compartir con mi familia, y lo que me llevó a aceptar esto de En contacto fue la gran oportunidad de no encasillarme en algo sino intentar algo nuevo, que mi hija me vea algún día y diga: ella fue modelo internacional, modelo nacional, miss, influencer, se hizo presentadora, hace todo y no le importa ni la edad ni el tiempo ni los miedos. Y eso es lo que quiero.

Cuando me tocó bailar no quería, porque yo sufro de pánico escénico, me da un poco de miedo eso de improvisar, eso del manejo de cámaras, el juego de cámaras, la parte de la comunicación es bastante complicada porque no es solo pararte, ser bonita y ya; comunicar implica tener una conexión que uno no ve, aprender a transmitir con quienes se conectan desde el otro lado.

La vimos desinhibida durante el reality, compartiendo con sus compañeras (la mayoría fueron reinas de belleza), sin notarse rivalidades, ¿cómo fue ese tiempo de prueba?

Te cuento que yo me he sentido muy bien. Algo que es uno de mis defectos es que soy muy perfeccionista y ese miedo de no ser perfecta me ha limitado mucho en otras cosas, pero esta vez dije: ay, me la voy a gozar, voy a ser yo, voy a disfrutarlo con las chicas. Trato de no meterme presión en eso, me lo disfruté con las chicas, estoy riéndome con ellas.

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Con Mare (Cevallos) nos sentamos a conversar, con la señora María Mercedes (Cuesta) le digo que admiro esa facilidad de palabra, qué creatividad de seguir con un tema; con Karime (Borja), que realmente la estoy reconociendo a ella porque la que conocí y está ahora es completamente diferente, no parece una competencia, no, cada una se apoya. O la aplaudimos o la chiflamos. Cuando yo estaba concursando, ellas me apoyaban y eso me hizo sentir bien, no parecía una competencia, porque al final todas estábamos conscientes de que era solo una, que esto sea una gran plataforma para todas, si una sola se queda, las otras pueden quedar para otras cosas. En contacto siempre está renovando.

En el caso de no haber sido elegida, ¿se hubiera imaginado actuando, por ejemplo?

No me niego, porque si me hubieras preguntado cinco años atrás si me hubiera imaginado en la televisión, yo te habría dicho no, nunca, pero no debemos decir de esa agua no he de beber y ahora prefiero no encasillarme y no decirme no, no lo haré nunca. Sí hay ciertas cosas que como se lo comenté a Betty y al grupo de En contacto, hay cosas que yo no haría, no porque me falte habilidad para hacerlo, solo porque hay algo dentro de mí que no me guía. Por ejemplo, yo no haría farándula, la haría pero no la que le gusta a todo el mundo, porque yo no soy así, a mí no me gusta, no me criaron para eso. Cualquier cosa que yo tenga que decírselo a alguien, lo hago en mi grupo privado. Nadie es santo, todo el mundo viborea en algún momento, pero de meter cizaña no soy.

Quizás si me meto en clases de actuación, si me meto en todo este papel, ¿por qué no?, habría una Virginia que protagonice una novela aquí en Netflix, donde sea, yo no me niego a la oportunidad, uno tiene que creer y manifestar.

Al inicio de la pandemia, su presencia en plataformas digitales creció y se la veía constantemente conectada con sus audiencias en redes...

Empecé el chismógrafo, me puse ‘locaria’ en la pandemia y después me decía con razón están que me preguntan tantas cosas de mi vida personal y es porque obviamente yo me abrí con todo el mundo, cuando estaba aburrida decía hay que dar entretenimiento sano a las personas, que vean que todos compartimos lo mismo. ¿Quién ya fue cachuda? Todo el mundo, todos ya hemos sufrido por eso y por amor. Hay historia y hay historias que uno dice parecen salidas de películas. Soy una experta en buscar memes, yo los busco y me escribían por correo, nos pegábamos unas conversaciones con algunas de mis seguidoras, quiero que me vean como esa amiga que se equivoca, no quiero que me endiosen, intento que todos nos demos cuenta, sin importar si eres o no conocida, todos pasamos por lo mismo.

Maternidad y familia

Junto con su novio brasileño César tienen una hija de un año y cuatro meses llamada Virginia María. “Todo lo poco que estoy compartiendo en redes, quiero que la gente me conozca, que se quite de la cabeza que solo soy miss, obviamente yo tengo cara de brava, pero quiero que vean varias facetas mías y que incluso las madres, este fue uno de mis propósitos desde que yo me enteré de que iba a ser mamá, que uno puede ser mamá y pueden seguir siendo regias, amantes de su propia pareja, pueden seguir trabajando en sus sueños, pueden trabajar y la vida no se acaba ahí. La llegada de mi gorda vino a cambiarme la vida. Llegó ella y fue otro reto, me redescubrí como persona, es difícil compartir, no quiero compartir toda la crianza de mi hija, pero quiero que se den cuenta de que se puede. Me encanta que la gente se ha encariñado con mi gorda a tal punto que cuando salimos a algún sitio, me piden foto y yo creyendo que es conmigo, pero me dicen que es con la niña”, cuenta entre risas.

A César lo conoció a finales del 2017, antes de entrar al Miss Ecuador. Se conocieron mientras acompañaban a una amiga en común que estaba hospitalizada. “Cuando nos llegamos a conocer nos dimos cuenta de que no éramos tan malos como el otro pensaba, fue una relación que fluyó bastante rápido, él decidió dejar todo y venir a Ecuador. Estuvimos en Filipinas, luego me fui a Miami, después él se vino acá y me dije si se da, se da. Nunca me preocupé mucho por la estabilidad económica porque soy de la idea de que la plata se hace, tenemos como tres años juntos, una hija compartida, no tenemos planeado nada más por ahora (...), él es mucho más tranquilo que yo, una vez él me dijo: ‘Tú escogiste esta vida, no yo’. Él no tiene que vivir con los comentarios que me llegan a mí por redes sociales”, indica.

“Mi familia tiene que quedar para mí, si yo algo he aprendido en esta vida es que si algo no suma hay que bloquearlo, quieres criticar, perfecto, también hay veces que yo no me caigo bien, y está todo bien, pero todo tiene su lugar y su tiempo”, Virginia Limongi, actual presentadora de ‘En contacto’.

Secretos de belleza

La silueta envidiable que sus seguidores admiran en cada posteo que realiza es una mezcla de buena alimentación, ejercicios y de genética. No se priva de comer un arroz con menestra y carne cuando le place y acepta que su cuerpo vive distintas etapas y con ellas vienen cambios.

“Yo no me privo de mi dieta, todo el mundo me pregunta cómo es mi dieta. Si tú supieras que cuando termina el segmento de cocina de En contacto, yo soy la primera que está ahí para poder comer. Betty me decía: ‘Virginia, ya, deja de comer’. Yo tengo un estómago de albañil, a mí me gusta comer (...). Mi mamá come full, y no engorda, yo en el Miss Universo me mataba haciendo ejercicios para estar en forma. Yo siempre hago ejercicios, estoy superactiva, no puedes ser sedentario y comer mucho, si es algo que no estás asimilando bien, si supieran que es muy difícil recuperar el cuerpo después de un embarazo y que las parejas lo entiendan, también es complicado. Me gusta mi cuerpo como es, lo acepto”, añade.