El pobre Fidel Ramírez (Alfonso Dosal) está atravesando tiempos complejos: las ventas van requetemal en su negocio familiar de venta de instrumentos musicales, no tiene pareja desde que se divorció hace cuatro años, el distanciamiento con el padre que lo abandonó en la niñez parece definitivo y no se decide a concluir su carrera como arquitecto.