“El término no es el correcto”, “está crudo”, “le falta crocancia”, “le falta jugosidad” son algunos de los comentarios retroalimentadores que reciben los concursantes de MasterChef cuando muestran sus platos en las cocinas. El chef Jorge Rausch es uno de los más exigentes y quien los manda a “estudiar más y dormir menos”.

En la cuarta temporada del show, Édison Logacho fue el primero en recibir esta presión del chef. Tanto así que en cada reto decía “dormí cinco horas” o “ahora duermo una hora menos”, todo para mostrar que estaba practicando en casa, pero ¿cómo hacía esto? Tanto él como sus compañeros llegaban de grabar el programa tipo 21:00 o 22:00 y se nos ponían a cocinar entre grupos.

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En este caso los grupos se dividían en dos, los de barrio y los fiu fiu. Como había dos cocinas en casa, una en la planta baja y otra en la primera planta, los participantes se adueñaban de estas para en conjunto aprender las cocciones de distintos ingredientes. No solo eran carnes con las que ensayaban, Henry Alvarado mencionó que también aprendían recetas.

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Si alguien del grupo conocía una receta difícil o un tipo de preparación específica, daba un tipo de masterclass a sus compañeros y así iban experimentando. Por ejemplo, si alguien quería salmón o algún ingrediente para practicar términos y cocciones lo pedían un día antes en una lista de supermercado.

Hacer esto ayudó a muchos cocineros cuyas mejoras fueron reflejadas en los platos a medida que la competencia se ponía más difícil. Rausch terminó admitiendo en uno de los episodios que sí les funcionaba lo de estudiar y que ya podían darse más horas de descanso. (E)