Su estilo periodístico lo diferencia. Prefiere hablar de forma criolla, aunque lo critiquen, para que el espectador se conecte de forma directa. Se define como un comunicador común y tal como lo vemos en las mañanas, en DespiérTC El noticiero, a las 05:45, es como se muestra en esta entrevista Mauricio Ayora, el periodista Caterva, como lo conoce el público que lo sigue en TC Televisión, canal donde labora actualmente.

“Soy un común, vulgar y silvestre periodista, comunicador de la Universidad Laica, graduado en el 89, que siempre quise hacer un periodismo diferente, no acartonado, que llegue a la gente, porque a mí sí me preocupaba que en mis inicios, que yo hacía un periodismo común, el bien bonito, el formalito en la redacción, el sujeto, verbo y predicado, pero de pronto cuando yo estaba en las coberturas, en las calles, la gente habla de otra forma y eso no me entraba en la cabeza. La gente habla diferente, sí entiende el lenguaje que nosotros le ponemos de manera formal, pero demora microsegundos en conectarse. Entonces yo decidí en un momento determinado hablar como ellos”, afirma el periodista.

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Su apelativo Caterva, detalla, surgió durante la presentación de una noticia mientras formaba parte de Canal Uno. “Alguna vez yo dije la famosa frase tracalada de bergantes. Dios mío lindo, escándalo en el canal, te van a botar, haz dicho malas palabras, y yo dije: ninguna de las dos es mala palabra, entonces, por favor, revisen bien las palabras”, recuerda. Su compañero de canal Carlos Víctor Morales comenzó a presentarlo, antes del informativo, Caterva y desde entonces el público lo identifica de esa manera.

“Gracias a Dios y al público se logró la conexión, porque en las familias se habla de una manera, en el trabajo se habla de otra manera, en la calle, con amigos, en la reunión, etc., se habla de otra manera, yo estoy de acuerdo con el lenguaje formal en las notas periodísticas, en otros ámbitos y yo decidí hacerlo de otra manera, en la forma que habla, que dice, que denuncia, que grita, te conectas y ahí te quedas y hay una transmisión permanente de pensamientos, sentimientos, sensaciones con el público. Yo le he dicho a muchos jóvenes: si tú pretendes construirte personalmente, si quieres ser una estrella de televisión, de la radio, en algún periódico, estás equivocado. Ñaño, esta vaina es de servicio público, es de servicio a la gente, trabajas en un medio, te paga tu medio de comunicación, pero le sirves al público, le sirves al pueblo”, enfatiza.

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Guayaquileño, nacido en Diez de Agosto y Pío Montúfar, el comunicador asevera que descubrió su vocación por esta profesión por accidente. “Yo salí del colegio y mi papá cuando viajó por el exterior mandaba unas postales que decían para Mauricio el ingeniero, para mi otro hermano el doctor y para mi otro hermano el arquitecto. No era malo en matemáticas, pero cuando salí del colegio me fui a estudiar ingeniería, pero por cuestiones políticas tuve que retirarme de esa universidad e irme a la Laica a querer estudiar agronomía, igual, pero cuando estaban los exámenes de ingreso a periodismo, estaba con unos amigos y nos fuimos a dar examen de ingreso. Déjame ir a estudiar un año, oye, me aprueban, me quería regresar, no no voy a estudiar un añito más, dos años, tres años, cuatro años, me gradué de periodista”, revela.

Su trabajo diario

Sus inicios fueron en tras cámaras, en 1988. Con 33 años de trabajo, ha conversado y entrevistado a políticos, amas de casa, taxistas, obreros, y a un sinnúmero de personajes que en su momento ha conocido a través de su profesión que también le ha permitido recorrer todo el Ecuador.

Ha formado parte de diversas producciones en Teleamazonas, Canal Uno, Ecuavisa y también escribió para diario El Comercio.

“Nunca me vi en pantalla, nunca lo busqué, siempre estuve en edición, en asistencia de producción, redacción de noticias, he sido coordinador de noticias (...) luego viendo las informaciones que muchas veces se desperdiciaban, con qué inicio yo, con todas esas informaciones que otros colegas no querían hacer, entonces yo las revisaba y les decía a los directores y ellos me decían haz los videos, pero no lo firmes, cuando tú decías tu nombre. Todo eso que la gente no quería hacer, yo lo recogía y lo hacía y luego comenzaron a abrirse espacios de denuncia de barrio, y eso también recogía, esas llamadas telefónicas de la vecina de barrio y eso proyectaba en televisión con las mismas palabras de la gente y eso es lo que rompe el esquema”, menciona el también locutor radial y padre de tres hijos.

Su cobertura de noticias en crónica roja lo han llevado a tener mayor presencia en televisión, asegura, pero también le ha traído momentos de angustia. “Sí y también para enemigos, ñaña, porque yo sí que he estado asustado, amenazado, amedrentado, que me van a matar, que me van a quebrar, he llorado, he sufrido, he adelgazado porque es bien difícil, es bien complicado al menos cuando yo me metía e investigaba, porque antes se investigaba más, chuzo la Fiscalía, la corte, el juicio, la sentencia, la providencia del juez, toda esa vaina, ¡uy! Dios mío te buscas enemigos”, revela.

En TC Televisión ya tiene ocho años de labores y el espacio DespiérTC, dirigido por Allen Panchana, no es solo un noticiario de comunidad. Según indica, se concibe como un show informativo, en el que también se toma en cuenta la parte musical.

“Conversamos con el sonidista qué canciones vamos a poner, porque nosotros concebimos DespiérTC teníamos que hacerlo diferente, para que la gente se sintiera simpática contigo, que le agrade, que le guste, que no solo vea accidentes, sangre o notas políticas sino que se despierte contigo alegre, todo eso es un tipo de producción que toma forma para presentar un producto al aire. Ese es el producto, así lo llamo yo, un show informativo”, dice.

Su futuro

“Voy a serte sincero, yo ya tengo 54 años, en abril cumplo 55, si Dios me da vida y llego a los 60, yo ya estoy pensando en jubilarme. No lo he dicho, pero yo ya quiero jubilarme, quiero terminar con mi carrera, gracias a Dios entre los primeros lugares de sintonía, gracias a Dios, gracias al pueblo, e irme a la casa a descansar y empezar a darle la oportunidad a nuevas generaciones que se hagan cargo”, revela.

Ayora refiere que hay muchos talentos nuevos y buenos saliendo de las universidades, pero, y sin ánimo de ofender afirma, deben prepararse de forma consciente. “Tema redacción, locución, dicción hay que fortalecer en los muchachos, conocimiento, historia del periodismo nacional, historia de las radios, de los personajes que han hecho radio, de la gente que ha hecho periódico, que ha hecho prensa, los diferentes medios del país, tienen que leer más, no están leyendo mucho”, aconseja.

En cinco años, admite, espera que pueda darse su retiro laboral y aplicar a la jubilación. “Voy a emprender un descanso, en una hamaca, a la orilla del mar, con un buen libro y de pronto una copita en la mano”, puntualiza. (I)