En tono de broma durante una entrevista en 2003 con este Diario, José Pipo Martínez Queirolo dijo que vivirá hasta pasados los 100 años. Aclaró que siempre y cuando “no tenga que depender de nadie y pueda seguir dirigiendo, adaptando y escribiendo teatro”. Su presagio no se cumplió porque físicamente no está desde el 8 de octubre de 2008, sin embargo su legado lo mantendrá vivo. Nació el 22 de marzo del 1931.

Hoy se hubiese celebrado su cumpleaños 90 el autor de aproximadamente 50 obras de teatro. Y así es como lo recuerdan quienes tuvieron la oportunidad de conocerlo en el campo profesional y personal.

José Martínez Queirolo, prolífico dramaturgo

En 1967 conoció la actriz Marina Salvarezza a Pipo, a quien lo considera una persona muy importante en su vida artística. En 1969 empezaron a trabajar juntos. “Son 40 años de mi vida conectada con él... He tenido el gran honor, el privilegio de trabajar con él, dirigida por él... Hasta el 2006 actuamos juntos...”, cuenta. La última obra en la que actuaron juntos fue Montesco y su señora.

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De acuerdo con Salvarezza, la obra de Martínez Queirolo goza de importancia no solo nacional sino que también en el escenario internacional. “Porque lo que no se conoce aquí es justamente muchas de sus obras han sido traducidas al inglés, al francés, al italiano y se han representado en varias partes del mundo.... Sus obras tienen vigencia aquí como en cualquier parte del mundo...”, asegura.

Marina Salvarezza y Pipo en la presentación de la obra 'Montesco y su señora'.

Para el escritor Raúl Vallejo, “Pipo transformó el teatro ecuatoriano: su dramaturgia, cargada de un ácido y crítico sentido del humor, y sus puestas en escena, de una espectacularidad radical, crearon una perdurable escuela teatral”.

“Además de su narrativa y poesía -lo digo por experiencia- a Pipo le debemos una abundante dramaturgia que, sin mayores pretensiones, fue y sigue siendo motivación para centenas de grupos amateurs en el país. También para otros más profesionales”, dice Lucho Mueckay, actor y director escénico merecedor de la presea José Martínez Queirolo, otorgada por la Casa de la Cultura, núcleo del Guayas en el 2015.

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Para Gabriel Gallardo, quien fue alumno del dramaturgo, al Pipo maestro lo rememora como estricto, disciplinado y un apasionado por el teatro. En tanto que el Pipo amigo, como incondicional, siempre estuvo preocupado por el bienestar de sus estudiantes en todos los sentidos. “Era muy afable, un hombre de gran sentido del humor”, afirma Gallardo, quien lo conoció entre en el 2002-2003 tras representar una obra de teatro del escritor y que lo invitara a formar parte del grupo de teatro de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol).

La crítica social de José Martínez Queirolo 'Pipo' se volvió a subir a las tablas

Con Gallardo concuerda Mueckay, quien agrega que lo recuerda “como un invencible trabajador del teatro. Compañero y amigo solidario. Firme y tajante en sus convicciones. Pero alegre cuando compartía una conversación, un consejo, una cerveza”.

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Mueckay y Gallardo también coinciden en que siempre estuvo atento a la realidad sociopolítica que vivía su tierra. “Son en su mayoría textos llanos, con temas, argumentos y personajes cargados de mordaz humor que, sin embargo, arremeten asuntos graves de injusticia social y deshumanización. Sin duda, Pipo es un escritor comprometido con su momento histórico”, señala Mueckay.

Gallardo, quien actualmente es director de teatro de la Universidad Politécnica Salesiana (UPS), también resalta que los textos de Pipo son de fácil “decodificación” para los jóvenes, a quienes él invitaba a que realicen ese cambio anhelado que espera Ecuador, además para que las nuevas generaciones puedan representar sin ningún problema sus obras, que contenían estética y poesía.

José 'Pipo' Martínez Queirolo recibió una placa de reconocimiento de manos de la escultora Yela Loffredo de Klein, en mayo del 2001.

Comenta que Pipo atrajo a mucha gente al teatro. “Sus obras de fácil comprensión hicieron que mucho público que no conocía el teatro y que no veía en el teatro una herramienta de denuncia, de voz, hizo que se acercara al teatro, que muchos optaran hacer del teatro una opción profesional, difícil, pero hacerlo, yo soy uno de ellos...”, recalca.

‘Una cita con Pipo’ abre fiesta teatral

“Sus obras son testigos de una época, hay mucha historia que uno puede descubrir de una manera didáctica al leer sus textos. Y con pena, mucha pena, descubrir que los problemas de antes no han cambiando y no se han resuelto y quizá por eso la obra de Pipo tiene tanta vigencia...”, agrega.

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Vallejo también recalca que Pipo, además, fue un maestro de actrices y actores que supo inculcar la pasión por el arte dramático, desde el colegio secundario. “Para una comprensión cabal de la escena teatral del país se requiere el estudio profundo de la dramaturgia de Pipo y una minuciosa reconstrucción documental de lo que fueron sus históricos estrenos”, sostiene el exministro de Cultura y Patrimonio.

La pandemia del COVID-19 ha trastocado las actividades presenciales en su memoria, pero tampoco ha sido un impedimento para celebrarlo. Una cita con Pipo es un acto que se alista desde el grupo de teatro de la UPS, previsto a realizarse el 7 de abril. Para esta cita también fueron convocados otros grupos, el de la UPS de Cuenca y Quito, entre otros.

Salvarezza junto con Rosa Amelia Alvarado, Virgilio Valero y Bernardo Menéndez desde el 2006 realizan el Festival Nacional José Martínez Queirolo dedicado al también compositor, que este año llegará a su edición 12. Se prevé que se desarrolle entre agosto y noviembre. En la organización del festival también hacía parte Ana Julia de Hollis, fallecida en septiembre del 2020. (I)