En los años ochenta, Ecuador vibraba entre la radio que sonaba en las salas familiares, la televisión en blanco y negro que empezaba a llenarse de color, y un imaginario urbano donde las hombreras eran más que una moda: eran símbolo de estatus, de poder y de una época que buscaba brillar con exceso. Esa memoria, que quedó atrapada en álbumes fotográficos y melodramas televisivos, inspiró el detonante creativo para Gonzalo Córdova.

Hoy, desde Adult Swim, este creativo nacido en San Francisco y de padres ecuatorianos da vida a Mujeres con hombreras (Women wearing shoulder pads), la primera serie íntegramente en español del canal, construida con marionetas en stop-motion y producida en alianza con el estudio mexicano Cinema Fantasma. Con un elenco vocal enteramente femenino, una estética que respira influencias de Pedro Almodóvar y un humor tan ácido como entrañable, Córdova convierte a Quito en escenario universal.

“Esta serie la hice con mucho amor y respeto por Ecuador, obviamente es una comedia, hay mucho sarcasmo en la serie, pero lo hice con mucho amor y también era para mí una manera de reconectarme con mis raíces, la cultura de mi familia y la mía de cuando era pequeño”, afirma en entrevista con La Revista.

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Córdova no es un recién llegado al mundo de la animación. Su nombre ya aparece en los créditos de Tuca & Bertie y Adam Ruins Everything, producciones que le enseñaron a moverse entre el absurdo y la crítica social.

La base creativa para este proyecto surge en medio de la cotidianidad. “Había dos inspiraciones al inicio de esta serie: aquí en Los Ángeles está el teatro de marionetas Bob Maker, que ha estado por décadas, y al mismo tiempo estaba viendo muchas películas de Pedro Almodóvar. Se me hizo gracioso mezclar estos dos mundos, que no deben de mezclarse, y esa receta, que no debería funcionar, me hizo reír inmediatamente”, reseña.

Situar la historia en Ecuador, explica, se dio además como una necesidad de mostrarle a la industria que cada país latinoamericano tiene culturas y tradiciones que –aunque compartan ciertas similitudes– son completamente únicas y diversas. “Yo crecí en Florida, con familia ecuatoriana, con personas ecuatorianas y quería hacer algo que fuera un reflejo de mis raíces. Tuve muchas conversaciones con miembros de mi familia, ellos leyeron el primer guion”, dice.

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Comienza el proyecto

Durante la pandemia y a través de sesiones de Zoom, Córdova se reunió con el equipo de creativos con los que desarrolló la historia. Los guiones se escribieron en inglés y trabajó con la directora de doblaje Mireya Mendoza y el asesor lingüístico ecuatoriano Pancho Viñachi (guionista de teatro y televisión), para la adaptación. Con él revisaron y agregaron expresiones ecuatorianas para darle mayor autenticidad al texto en la trama.

“Para mí era bien importante la manera en que hablamos. Era vital proteger eso, las expresiones, las frases, durante el proceso encontramos la forma de conectar con actores ecuatorianos la manera correcta y estilo al decirlo. Hacer una serie es un proceso, puede crecer, cambiar y quiero seguir con esos regalos que nos dio el universo. Ahora tenemos un estudio que nos está ayudando en Ecuador”, refiere.

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La serie con ocho capítulos tomó cinco años en llegar a la pantalla de Adult Swim –entre creación, piloto, desarrollo, producción– y que también transmite HBO Max.

¿De qué trata Mujeres con hombreras?

La producción pone en escena a Marioneta, una mujer española adinerada que llega a Quito con la idea de convertir a los cuyes, que tradicionalmente son consumidos como alimento en el país, en mascotas de lujo. Su emprendimiento tiene como principal oponente a Doña Quispe, propietaria de una cadena de carnicerías de cuy.

“El equipo me ayudó mucho con esto y para mí era importante tener la misma intención en comedia para todos los personajes. El respeto en comedia es que no te sientas incómodo en explorar partes de la vida del personaje”, agrega sobre la producción que cuenta con las voces de Pepa Pallarés, Kasia Pachelska, Gabriela Cartol, Nicoles Vázquez, Laura Torres, Norma Maldonado y Regina Ruiz.

Los escenarios recrearon locaciones reales de la capital ecuatoriana de manera minuciosa, así como las figuras de 25 centímetros que se fabricaron en México bajo la supervisión artística de Rachel Kinnard, esposa de Córdova.

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El trabajo visual es una de las grandes apuestas. El estudio Cinema Fantasma se encargó de construir un Quito ochentero con fachadas coloridas, interiores cargados de objetos, televisores antiguos, radios de perilla y vestuarios extravagantes que funcionan como cápsulas del tiempo que trasladan al espectador y contribuyen para que la exageración y el melodrama convivan sin que uno eclipse al otro.

Ecuador en su memoria

Para Córdova, este proyecto es la posibilidad de reconectar con un Ecuador que había quedado suspendido en su infancia. De padres guayaquileños y con familia en otras localidades, fueron sus vivencias de niño las que dieron forma a Mujeres con hombreras.

“Regresaba mucho a Ecuador porque mi papá todavía trabajaba allá y mucha de esta serie es la memoria de estos veranos y de pasar mucho tiempo allí. Mi familia se mudó a Estados Unidos cuando yo tenía 6 años, para mí fue un tiempo complicado porque tenía que aprender todo muy rápido y adaptarme. Cuando regresaba a Ecuador, era todo lo opuesto. Parte de hacer esta serie era entender y mostrar respeto por esta parte de mis raíces ecuatorianas”, sostiene.

El artista de 39 años ha trabajado durante diez años en la televisión de Estados Unidos. “Todo lo que he aprendido, durante toda mi vida, está presente en esta serie. Aprendí muchísimo de cómo escribir, este es mi primer proyecto en televisión, espero tener más temporadas, aprendí mucho sobre Ecuador. Por eso quiero seguir con esta serie, para explorar más del país. Ha sido increíble, han sido como cinco años de mi vida”, dice.

Mujeres con hombreras es un proyecto que mezcla memoria, técnica y creatividad. Cada capítulo es un pequeño homenaje a Ecuador, a los ochenta y a las vivencias que moldearon a Córdova, mientras abre una puerta inédita para la animación adulta en español, un universo audiovisual donde la nostalgia y creatividad se encuentran, cuadro por cuadro. (E)